Como ya os dije, me faltaba por estrenar uno de los regalos de tesis que más ilusión me hizo: la supercompacta y superversátil Nikon Coolpix S6500. Ayer en la montaña me dediqué a darle buen uso (aunque poco); y aquí os lo comento...
En lo alto de la Sierra ya hace meses que los piornos, desnudos de flores amarillas, apenas sí llaman la atención. Los enebros rastreros están en cambio bien cargados de arcéstidas, confiando en que esa pequeña ventana temporal otoñal en la que estarán pasando zorzales charlos y mirlos capiblancos antes de que ya nieve haga acto de aparición les ayude a dispersarse bien lejos, hasta otras cumbres. Por lo demás el monte está extrañamente silencioso, vacío ya el supraforestal de bisbitas, collalbas, roqueros, pechiazules, hortelanos y otras aves que huyen del frío que está tal al caer. Sólo los acentores, confiados en las migas del reguero de excursionistas domigueros, aguantan todavía un poco más, antes de volar ellos también a los setos del valle.
Aunque como todavía hace sol, el sonido que más se oye es el estridular de los machos de las omnipresentes chicharras serranas Ephippiger diurnus, que se movían torponas por todas partes, frotando sus diminutas alas.
Calentándose al sol también las lagartijas: tanto las carpetanas Iberolacerta cyreni (un macho joven en la foto) como las roqueras Podarcis muralis, cuyos juveniles correteaban por todas partes.
Y las últimas flores del año también, las quitameriendas y los azafranes silvestres Crocus nudiflorus (uno blanco, que destacaba entre sus parientes del violeta usual. Dos especies que, aunque de familias distintas, comparten formas y coloridos similares; y también ciclos vitales: ambas echan sólo las hojas en primavera, para engordar sus tubérculos con los nutrientes que después utilizan en otoño para florecer.
La laguna Grande de Peñalara, el objetivo final del viaje, como seguramente os estabais suponiendo ya. Ayer domingo ciertamente me costó sacar fotos donde no hubiese gente; gente que pululaba por doquier, por los senderos del recién inaugurado Parque Nacional de las Cumbres del Guadarrama.
Y por concluir, ya puestos a sacar a gente, pues os dejo con mis acompañantes de ayer: Joaquín, al que aunque cuesta sacarle al campo ya habéis visto más veces; y Yuca, Laura y Álex, la última y flamante adquisición del Departamento. Está bien que ahora que vamos terminando muchos, nuestro sucesores no hagan sino subir el nivel... está más que bien.
2 comentarios:
Bonita entrada con bonitas fotos.
Esa cámara desechada... ¿qué has hecho con ella? Si aún no tiene destino, se va a Camboya ;P
Besos!
¡Adjudicada a la señorita de la perrilla encantadora! :-p
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