Lavado... y guardado en el armario de la cocina, con los otros. Igual que sucedía con el polo verde, venir a la Facultad sin un tupper en la mochila es otro signo del cambio de las estaciones: el cometido del tupper es impedir que se mace la fruta (nísperos, nectarinas, ciruelas...), y como las mandarinas son mucho más resistentes, pues no necesitan cajita protectora. Ea, igual que los petirrojos a los jardines madrileños, con el otoño vuelven las mandarinas a las fruterías; durante temporada cada vez más larga y de calidad oscilante. A ver qué tal están éstas...
3 comentarios:
Parecen tontadas, pero estas pequeñas cosas son las que molan. :)
No es adaptativo comer mandarinas. Luego hueles a ellas todo el día. Buej.
JaviP: ¿cómo que "parecen tontadas"? ¿Insinúas que escribo sobre cosas que "parecen tontadas"? ¬¬
Sonia: tanto como "hueles a ellas"... te olerán los dedos, en todo caso :-p Y el "buej" es muy personal, jeje; mejor a mandarina que a m... Además, que siempre te puedes lavar las manos.
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