30/6/15

Música festivalera

El escenario del Madgarden '15 tal cual se ve desde mi despacho, ya prácticamente terminado. Este festival, que celebra éste sólo su segundo año de existencia, es sin embargo más atractivo que el otro que se celebra en la Complutense (el DCode, en septiembre), pues los artistas son mucho más variados. Bueno, tal vez mejor que "festival", fuese llamarlo "ciclo de conciertos", ya que no deja de prolongarse durante todo un mes... en fin, seguro que encontráis algo que os llame la atención lo suficiente como para venir algún día... y de paso hacerme una visita.

29/6/15

Corrección político-festiva

Llevo algún tiempo sin actualizar, lo siento; es que este fin de semana hemos tenido algo de lío. Falleció el viernes la viuda de uno de mis tíos paternos y desembarcaron por la noche en casa mis padres y mi hermana Alda, y hasta ayer.
Ir por la calle con mi familia, y con los aligustres en plena ebullición, inevitablemente me traslada a las fiestas del Puente, aunque quede aún cerca de un mes. Y me acordé del momento en que, sin conocer aún el término, descubrí lo que era "lo políticamente correcto": sucedió al caer la tarde cuando, después de pasarme por las tómbolas a rebuscar infructuosamente entre los boletos tirados al suelo aquella combinación que me permitiese hacerme con un loro, quise ir a montar en las atracciones. Quería subir a lo que creo que oficialmente se llaman "sillas voladoras" y oficiosamente "las cadenas", pero a lo que en casa llamábamos de otra manera: "¡quiero ir a subir en los gitanos!", le dije a grito pelado a alguna de mis hermanas, que inmediatamente me hizo callar, con cara de susto, diciendo que a ver si se iban a enfadar por decir eso... y me temo que la anécdota no da más de sí, pero aquí queda escrita. No me lo tengáis muy en cuenta, que hace mucho calor y no pienso atinadamente...

24/6/15

La cabra tira al frotis

 ¡Sangre, ya veis! De la primera de las lagartijas de Aranjuez, para más señas. Ya sé que os dije que estas muestras no era mi trabajo analizarlas, sino el de la tesis de Álex; pero tener en el laboratorio la sangre de un animal no visto antes era una tentación demasiado grande como para no echarle un vistazo...

Máxime cuando, al ir a enseñarle a Álex cómo se miraban los frotis, el tercero con el que probamos resultó estar hasta la bandera de parásitos sanguíneos, con lo mucho que nos gustan. Era de esperar, pues al igual que sucede con las aves, entre los reptiles casi lo raro es no estar infectado con algo; era de esperar, pero no por eso nos hizo menos ilusión vernos por vez primera cara a célula con estos bichejos. Estamos aprendiendo todavía, pero tienen toda la pinta de ser parásitos del grupo de las hemogregarinas, muy posiblemente del género Karyolyssus, aunque para distinguir los géneros de este grupo de parásitos es necesario recurrir a las partes del ciclo vital que suceden en el hospedador invertebrado. Es un ciclo curioso, por otra parte, pues para cerrarlo, el mismo animal hematófago que se infecta al alimentarse de un reptil (suelen ser "mosquitos" en sentido amplio o ácaros hematófagos, que es lo normal en lagartijas; pero en animales acuáticos pueden ser incluso sanguijuelas) debe ser después consumido por un segundo reptil, al que infectan atravesando las paredes del tubo digestivo y llegando así a la sangre... lo que hay que ver. Estamos aprendiendo todavía, como digo, pero de momento nos está gustando mucho :-)

23/6/15

Verano

Disfruté horrores este fin de semana saliendo a la calle, sin más. Tras pasar tres semanas lagartijosas alejado de mis rutinas semanales, la alegría fue grande al volver a transitar despreocupadamente por los recorridos habituales: San Bernardo, Plaza de Oriente, Sol, Plaza de España... Paseando en solitario junto a mil y un madrileños más, y también en compañía. Bebiendo sol y un vaso de horchata. Cogiendo ciruelas de los árboles del Parque del Oeste. Otro verano waughiano que da comienzo...

21/6/15

Dispersión felina

Allá por marzo, os comentaba que uno de los linces soltados en los Montes de Toledo en 2014 se había desplazado hasta llegar a entrar en Madrid. Hoy os pongo la imagen aún más llamativa, extraída de la web del Life Iberlince, que muestra los recorridos dispersivos realizados en lo que va de año por Kentaro (en rojo, el mismo que en marzo) y Kahn, hermanos y liberados a la vez, y que ahora mismo no podrían estar más lejos el uno del otro, y de la zona protegida donde fueron liberados. Si sobreviven, es muy posible que estos dos jovenzuelos vuelvan al madurar a su área de liberación, pero eso no quita que me refuerce en lo que comentaba de aquellas: que para proteger según qué especies (y no sólo especies que vuelan), las zonas protegidas se quedan cortas. Y mientras esas zonas protegidas, por una gestión inadecuada, se quedan sin conejos, éstos abundan a patadas en los arcenes de las carreteras de media España y pasa lo que pasa, que los gatos siguen cayendo entre las ruedas como moscas. Mala cosa es esa.

 - A mayores queda claro que es posible ver linces en casi cualquier sitio. Incluso sin que criasen en la zona, seguramente fuesen de lince las heces halladas en Pelayos y que tanto revuelo causaron en su día. Independientemente de la identidad de las cacas gatunas, varias sentencias declararon ilegal todo el proceso de desdoblamiento de la M-501. Pero ahí está la carretera... Feliz verano a todos.

20/6/15

Agonía gallega

Ayer me puse un tanto solemne, creo, y no había necesidad. Vamos a relajar tensión tirando de las socorridas noticias fútiles de La Voz de Galicia: la primera, y la que le sigue. "Su afán de trabajo y su valor para encaramarse en la ventana quedan fuera de cualquier duda" "La arriesgada limpieza de verano llega a otras localidades gallegas" "Nadie se cuelga de un cuarto para dejar el trabajo a medias" "Agónica imagen"... un ejemplo de libro de la maestría que tienen en este periódico para llenar páginas haciendo un mundo de la nada...

19/6/15

Lagartijismo 2015: epílogo

¿Ser, o no ser... un herpetólogo?
Pues ya se han terminado por este año los muestreos: el miércoles, tras tomar todas las medidas pertinentes, devolvimos a Brihuega (localidad sembrada de esqueletos -intuyo- de oveja) las lagartijas capturadas el martes, ayer (con no pocos sudores) desmontamos todo el tinglado, y hoy tocará ya ponerse a sacar partido de los datos. Hoy o el lunes, o cuando sea... pero tampoco mucho más allá, que el camarón que se duerme se queda sin postdocs (o algo así), y aunque éstos sean datos de la tesis de Álex algo podré rascar de los mismos...
Hay algunos que se sorprenden de verme ahora trabajando "con lagartijas", tras haber hecho una tesis "de pájaros"... bueno, yo no trabajo ni con lagartijas ni con pájaros, sino con "preguntas": no soy ni un ornitólogo ni un herpetólogo, sino un "biólogo evolutivo", que es lo mismo que decir todo y no decir nada; un investigador en definitiva... je, la verdad es que eso de "investigador" suena bastante pomposo, y la verdad no me imagino contestando como profesión "investigador" si algún día me hacen una encuesta o algo. Un PAS es lo que soy legalmente, claro, aunque dudo muchísimo de que los PAS "de carrera" de la facultad me considerasen uno de los suyos... No sé qué diría, la verdad.

17/6/15

Lagartijismo 2015: Brihuega II

 Último día de muestreo: de vuelta en Brihuega. Tras un lunes horrible de lluvia y fríos, ayer nos costó empezar a ver y capturar bichas, pero después de comer fue todo sobre ruedas y en nada y menos volvíamos a Madrid con las diez últimas lagartijas del muestreo de 2015.

 En el campo todavía bastantes flores; ésta ha sido con diferencia, de las cuatro, la localidad con la primavera más prolongada, o tal vez retrasada. En la entrada de nuestra visita anterior os ponía una imagen de lino blanco, y en ésta una de lino azul Linum bienne, el posible predecesor del lino cultivado.

 A la par que las flores, aparecen los bichos. La jara se repite: es la Cistus laurifolius de Navacerrada, pero los escarabajos en cambio no: éstos, abundantísimos por toda la zona de muestreo, son Lobonyx aeneus, los únicos representantes ibéricos de la familia Prionoceridae.

 Este otro bicho, con saber que es un escarabajo joya (familia Buprestidae) ya me doy por satisfecho, pues de éstos hay más de una especie en España. Y más de dos, y más de...

 Y con esta otra oruga ya ni con la familia me voy a mojar... se parece bastante a las orugas de Orgyia de Aranjuez, pero ¡a saber!

Complicado mundo, el de la identificación de insectos... Aunque a otro nivel, identificar los rastros de mamíferos también se pone muchas veces difícil, pero con estos montoncitos de heces, como huesos brillantes de aceituna negra, pocas dudas caben, que fueron muchas las cacas de corzo contadas durante las prácticas... En el transcurso de estos ocho días de muestreo de lagartijas nos han acompañado algunos alumnos voluntariosos. Nos ha venido muy bien, porque cada par de ojos extra se nota cuando de buscar lagartijas se trata, y creo que ellos no lo han pasado mal tampoco... la verdad es que ¡cómo echo de menos la docencia!

15/6/15

Lagartijismo 2015: El Pardo II

 Poco que ver el cielo de El Pardo ayer por la mañana con la estampa tormentosa de tres días atrás: a los diez minutos de llegar ya teníamos una lagartija, y antes de las doce y media las otras nueve. Como íbamos tan deprisa, y por el monte no se veían apenas flores o bichos, ni andaba yo con una vena especialmente poética; miedo tuve de no encontrar nada que contaros hoy, y de que se me quedase cojo en el blog uno de los días de muestreo...

 ... por suerte este polluelo de pinzón Fringilla coelebs, que exigía comida a sus padres desde una rama al alcance de mi mano, tan indiferente a mi presencia como si yo fuese una encina más a la que de repente le diese por ponerse a caminar, me convenció de que merecía la pena sacar la cámara del bolsillo para haceros partícipes del orgullo con que parece mirar sus dominios.

No son los pinzones los únicos que hacen uso de las ramas: también las lagartijas se escabullían entre el follaje con habilidad camaleónica (si no de cambiar de color, sí de trepar) para escapar de las atenciones de los depredadores bípedos del fondo...

Y ya sólo nos falta volver un día más a Brihuega.

14/6/15

Lagartijismo 2015: Navacerrada II

 Estos días de muestreo estamos intentando (a costa del sueño, y eso que se supone que muestreando lagartijas uno duerme más que teniendo que poner las redes para los pájaros...) llegar al campo pronto para coger las lagartijas que necesitamos con el primer sol de la mañana, cuando aún están torpes y más se exponen, e intentar así facilitar el resto del día al máximo... Aunque por supuesto, esta semana de tiempo revuelto bien podíamos estar nosotros en la Dehesa de la Golondrina a las nueve, que con el cielo encapotado que nos recibió ya intuíamos que poco había que rascar allí.

 Hicimos tiempo tomando un café y subiendo hasta el puerto de Navacerrada, medio pensamos en abandonar, pero al final empezaron a asomar tímidamente los rayos de sol entre las nubes y, al tiempo en que comenzaron a verse al fondo la Bola del Mundo y La Maliciosa, asomaron también las bichas. Nos fuimos a comer con la mitad del trabajo ya hecho, y después poco tardamos en rematar la faena.

Aunque la lluvia moje estos días la hierba seca, ésta seca se queda, y a mayores de jaras, escaramujos y rebrotes de melojo, apenas sí pintan de verde el suelo los cardos corredores y las bolinas Santolina rosmarinifolia, que además están cubiertas estos días de cabezuelas amarillas. 

 Camufladas entre el poco verde que hay se mueven las chicharras (ayer escuché la primera cigarra del verano en Madrid, por cierto), intentando pasar desapercibidas al agudo ojo de las lagartijas, mientras éstas a su vez intentan, a veces en vano, las más con éxito, escapar de nuestro no menos agudo escrutinio...

 ... nada escapa sin embargo a la mirada inteligente y viva de estas otras compañeras de dehesa, que pese a que no son pequeñas se materializan casi sin hacer ruido junto a uno cuando más despistado está.

 Como terminamos pronto y nos pillaba casi de camino al volver a Madrid, paramos un rato en las charcas de Los Camorchos, con un aspecto bien distinto en verano (y de día) del que suelen tener cuando las visitamos. Resaltando aún más por contraste con el árido entorno, las orillas húmedas de las charcas se visten de un verde que refresca de sólo mirarlo, el verde de los Eleocharis y otro buen puñado de distintas clases de junco.

 Entremedias asoman las pequeñas cabezuelas de las Baldellia ¿repens?, una planta que no conocía, pero que enseguida identifiqué con gran alegría por el característico aspecto de sus flores como miembro de las alismatáceas, una familia que incluye plantas de acuario tan conocidas como los Echinodorus o las Sagittaria.

 Cuando llegamos, multitud de libélulas del género Sympetrum (no seáis malos y no me preguntéis la especie) parecían haberse sincronizado para mudar por última vez su cubierta ninfal y emerger a la vida adulta, las alas y el abdomen todavía temblorosos y desprovistos de color en tanto en cuanto la hemolinfa que circula por todos los reductos del cuerpo del insecto no los va llenando de vida.

 Momento crítico éste, el que va entre emerger del agua y el primer vuelo, cuando son terriblemente vulnerables a la rana que salte lo suficientemente alto...

... y a las ranas les va también la vida en esto de saltar, pues la que no se espabile terminará haciendo bulto dentro del cuerpo de la culebra viperina. Y nosotros tan contentos viéndolo todo...

12/6/15

Entre nube y nube

Nos tocaba ayer volver a muestrear en El Pardo, pero las lluvias que llevaban desde el miércoles por la tarde descargando sobre Madrid dispusieron otra cosa. Clareó un poco a eso de las nueve, y por tentar la suerte nos acercamos al monte; ventajas de tenerlo al lado de la facultad. Y llover no llovía, pero el sol no se decidía a salir y calentar, y las lagartijas, tan abundantes en esta zona, brillaban por su ausencia; apenas sí vimos tres juveniles, tan entorpecidos que se dejaban coger a mano. De sus padres, los que nos interesaban, ni rastro. Se nos cruzó un chotacabras cuellirrojo, rara observación tan de mañana de un ave nocturna y que duró poco, pues se alejó raudo volando silencioso entre los troncos. Tal vez lo levantamos nosotros, tal vez estaba aprovechando las circunstancias meteorológicas para cebarse con la multitud de mariposas que, como borrachas, apenas sí conseguían aletear un poco a nuestro paso antes de caer desmadejadas sobre la hierba goteante... "Uhu! There among the trees!" grité mezclando alemán e inglés (estaba Alex -no Álex- con nosotros, y acabábamos de hablar de nuestra observación de Aranjuez y de buscar cómo se llamaba el bicho) cuando un búho real pasó también entre las encinas, casi oculto para nosotros, pero no para las urracas enloquecidas que lo perseguían... Y después del búho, y viendo que no había nada que rascar, volvimos a Madrid. Y al poner el pie en la facultad se hizo de noche: tras los ensayos previos, comenzaba la tormenta...

10/6/15

Lagartijismo 2015: Aranjuez II

 Con las primeras luces del día, los aljezales de Aranjuez donde cogemos lagartijas casi parecen un lugar amable, pero enseguida empieza a apretar el sol y a uno le vienen a la mente todos los adjetivos bíblicos aplicables al páramo: soles y calores, sudores y polvo, escorpiones y serpientes... de todo eso hay en Aranjuez, a mayores de lagartijas; y de todo vimos el lunes, tras pasar allí de sol a sol capturando las diez que nos hacían falta.

 Pero aunque me queje, sabéis que disfruto en el campo, y más cuando éste contrasta tanto (el polo opuesto, prácticamente) con el que me vio crecer en Galicia. En esta foto, además de a Álex pequeñito a la izquierda, se ve cómo la vegetación va creciendo en pisos, según sus requerimientos. En el fondo del valle, donde más suelo y humedad se acumula, creció en invierno y primavera un pasto ya abrasado por el sol, donde predominan mil y un tipos de cardos a cada cual más espinoso, para mi deleite. En la llanura, apenas un metro por encima del anterior, crece un ontinar cenizo, entreverado de mil y una plantas propias de estos ambientes extremos. Entre ellas, romeros y varios tipos distintos de tomillo, que alivian al menos con su olor la pesadez de tener que atravesarlos; olor que dura en las botas hasta días después de haber atrochado entre las matas. En las laderas más soleadas (izquierda), lejos del fondo de valle que en invierno resulta demasiado frío y húmedo, crecen las densas matas de esparto. Y a partir de las laderas orientadas al norte, las coscojas se van extendiendo poco a poco, reclamando todo el terreno del que son capaces hasta que las cabras o el fuego pongan el contador a cero.

 Este año en el campo estoy viendo más insectos palo que en toda mi vida, y no sólo en Aranjuez, sino en las cuatro localidades. Además, constantemente levantamos de las matas conejos que huyen despavoridos. Motivos no les faltan, pues las zorreras abundan también, se dejan ver de tanto en cuanto las velocísimas culebras bastardas, e incluso levantamos sin querer un búho real de su reposadero diurno en el interior de una coscoja. Y además currucas rabilargas y tomilleras, cogujadas montesinas, pardillos, alcaudones reales... y el gorjeo tropical de los abejarucos, acompañándonos durante toda la jornada.

Y para descansar de tanto sol, mucha agua en la mochila, y mucha más al comer a orillas del Tajo. Volvíamos el lunes a Aranjuez dando comienzo a la segunda vuelta de nuestros muestreos de 2015, y todavía volveremos a El Pardo, Brihuega y Navacerrada siempre que las tormentas nos lo permitan. Más entradas por llegar...

7/6/15

Lagartijismo 2015: Navacerrada I

 Una semana larga más tarde volvimos ayer de muestreo a Navacerrada, ya no a propósito de las lagartijas de Héctor, sino de las de Álex. Pocos cambios en el ambiente tras los días de por medio; si acaso que las jaras estaban ya plenamente floridas.

 Y aprovechándose de esas flores, toda una recua de pequeños seres, que contribuyen en mayor o menor medida a su polinización. Entre los primeros estarían por ejemplo los bombílidos como el de la imagen. Las moscas abejorro son un grupo de moscas grandes que liban el néctar en vuelo. Sus larvas en cambio son predadoras de huevos y larvas de otros insectos, y muchas especies están especializadas en parasitar los nidos de especies concretas de abejas solitarias.

 Entre los del segundo grupo, los que más que contribuir a la polinización a lo que contribuyen es a destrozar las flores, estarían muchos escarabajos como este tenebriónido, el Heliotaurus ruficollis, que ya os dije la semana pasada que era de los más abundantes.

Y ¿quién sabe? Tal vez esta esfinge del roble Marumba quercus grande como la palma de mi mano y que encontramos reposando en unas hierbas visite también de noche las flores de las jaras...

Obviando el día que pasamos en Aranjuez achicharrándonos bajo el sol, la verdad es que estos muestreos se nos están dando la mar de bien, para mi agradable sorpresa: todos los días hemos conseguido hacernos con cinco machos y cinco hembras antes de comer, pues ayer no fue una excepción. Mucho tiene que ver que nos ayudasen Andrea, Raquel y Vero, a las que Álex y yo les quedamos muy agradecidos.... a ellas y a cualquier otro de vosotros que quiera echar una mano, que cada par extra de ojos se nota.

6/6/15

Descripción con petición

 Aunque paro un poco con las lagartijas, esta entrada también va de reptiles: hace un par de días se publicó en Current Biology la descripción del bicho cuya imagen abre estas líneas, el Regaliceratops peterhewsi. Describir una nueva especie a partir de un cráneo (y no a partir de vértebras chafadas y pedazos absurdos de otros huesos, como suele ser lo habitual), y además uno bien conservado y bonito como éste, debe de ser una gozada para cualquier paleontólogo; pero este trabajo además contenía la esperanza de un gozo aún mayor... estaba oculta al final de los agradecimientos:


Y Lorna dijo... "Sí". La historia, más desarrollada, aquí.

5/6/15

Lagartijismo 2015: Brihuega I

 Buscando localidades medianamente equivalentes a El Pardo (baja altitud, más sequedad, menor productividad de vegetación y de insectos durante la época de reproducción de las lagartijas...) y Navacerrada (lo contrario) entre las lagartijas colilargas orientales, y cerca de Madrid, como equivalente de El Pardo tenemos Aranjuez, y como remedo de Navacerrada escogimos Brihuega, en La Alcarria, y allí estuvimos muestreando ayer.

 Creía que nos íbamos a enfrentar a condiciones tan duras de calor y dificultades para capturar bichos como en Aranjuez, y me llevé una agradable sorpresa al ver un gran quejigar casi recién brotado (pues el quejigo echa las hojas en primavera muy tarde) que nos dio la suficiente sombra como para pasar el día sin penurias. Y además había una densidad de lagartijas muy buena, tanto que cogimos las ocho primeras (de diez) en poco más de una hora. Con el sol calentando bastante ya, las otras dos tardamos algo en cogerlas, pero con todo y con eso conseguimos estar de vuelta en Madrid para comer.

Anthyllis vulneraria
 La primavera parecía ir incluso más atrasada que en Navacerrada, y a ras de suelo la vegetación estaba aún más verde que agostada, y con no pocas flores.

Linum suffruticosum
 Quejigos aparte (y, con todo, los quejigares son bosques bastante abiertos), la vegetación baja era la propia de los páramos calizos: no faltaban ni las densas rocas que mi mente asocia con las ricotíes, salpicadas aquí y allá, ni las flores características de estas formaciones y que tan ajenas me eran antes de salir de Galicia... Igual es una tontería, pero me gustan mucho "los ecosistemas de España": tener una representación grande (pero no demasiado, nadie quiere el aturullamiento tropical) de ambientes distintos en un territorio razonablemente abarcable.

 Una de las muchas mariposas que había: un hespérido, probablemente del género Pyrgus, pero para mí indefinidísimo, pues la treintena de especies peninsulares de esta familia de mariposas diurnas pequeñajas, regordetas y peludas, con pinta de polillas, no es de identificación nada fácil.

 De modo que, entre tanta bestezuela que pasó ante nuestras narices y que se quedó dolorosamente sin identificar, se agradece ver alguna cara conocida, como estas carralejas Berberomeloe majalis.

 Y ya para cerrar, una foto del equipo que tan efectivo demostró ser en la captura de las lagartijas, y cuyos integrantes no se arredraron aunque ayer fuese festivo en Madrid ("Corpus civil"): junto con Álex, Iván y Pepe. Agradecidos os estamos.

3/6/15

Lagartijismo 2015: El Pardo I

 El Pardo es un lugar donde hay tantas lagartijas y el hábitat es en general tan propicio para cogerlas, que cuando el lunes fuimos allí Álex y yo acoplados a unos alumnos de máster que estaban haciendo una práctica estudiando la termorregulación de las lagartijas, contando con su ayuda conseguimos los diez bichos que queríamos en un periquete. No me dio tiempo pues ni a sacar fotos apenas, así que os dejo sin más con esta otra habitante del monte mediterráneo, la especie que va sustituyendo a la colilarga a medida que los hábitats se van haciendo más abiertos, soleados y arenosos: la lagartija colirroja Acanthodactylus erythrurus:

Un bicho la mar de simpático, que tiene cara de estar sonriendo siempre.

2/6/15

Intermedio florido

 Hago uña pequeña pausa entre muestreo y muestreo para deciros que ya tenemos disponible el número de junio de EMNMM, donde ese mes firmo un artículo sobre unas flores que, en un año menos seco que éste, todavía estarían pululando por ahí.Pero bueno, hay más años que longanizas...

1/6/15

Lagartijismo 2015: Aranjuez I

¿Y eso, qué viene siendo?
 Yeso. Cristales de yeso especular en concreto: lo que viene siendo la selenita de toda la vida, vamos.Y si hablamos de yeso en el entorno de Madrid, enseguida se ubica uno mentalmente en los cerros del sureste de la Comunidad.

 Y no al este en exceso, pero sí muy al sur: a tiro de piedra del Mar (je) de Ontígola estuvimos el sábado cogiendo lagartijas, en el mismo borde provincial. Y aunque veáis agua en la laguna, de ésa vimos nosotros poca a lo largo del día.

 Estos cerros no es que sean el lugar donde a uno le apetecería pasarse las horas buscando lagartijas al sol, pero tampoco nos quedaba mucha alternativa. En cualquier caso, la zona tiene un gran encanto, pues la vegetación gipsófila forma comunidades muy distintas de las del resto de Madrid.

 Otra cosa es que la vegetación gipsófila de las narices nos lo pusiera demasiado fácil a la hora de cazar las lagartijas, claro. Arriba veis a Andrea, la única (y valiosa) ayuda con que contamos Álex y yo el sábado, enmarañada dentro de una coscoja de la que, entre los tres, terminamos sacando dos bichas con muchos sudores. Éstas, o bien desaparecen en el centro de las espinosas coscojas, o bien lo hacen dentro de las densísimas matas de esparto; y si salen es sólo para correr lo justo hasta el siguiente refugio.

 y además, un regalito añadido: por más calor que haga, uno no puede salir al campo en estas fechas sin pantalón largo y botas altas, pues la alternativa es andar a cada paso desenganchando puntiagudas espigas de los pies. Pero en estas zonas, como el esparto tiene las suyas a buena altura, uno se espiga igualmente debajo de los brazos, por detrás de la mochila y por dentro de la cintura.

 ¡Si es que hasta los bichos pinchan! Lo cual no impide que sean además hermosos. La oruga de arriba, llena de mechones de pelos urticantes de todos los colores, pertenece al género Orgyia (O. trigotephras creo que es), además de su extravagancia sigue un curioso ciclo vital. Al pupar el capullo queda recubierto por fuera de la última muda de la oruga, protegido así por esos pelos. Y al abrirse a su debido tiempo... resulta que los  machos tienen el típico aspecto piramidal de polilla gordota, y vuelan de acá para allá siguiendo el rastro de feromonas que dejan las hembras. ¡Y ahí está lo bueno, en las hembras! Pues éstas apenas recuerdan a sus congéneres, ya que son apenas fábricas de huevos, puro abdomen sin alas ni apenas cabeza o patas, que tras la metamorfosis se agarran a sus capullos hasta ser fecundadas, desovan y punto.

Pero no dejéis que os asusten mis historias de calores asfixiantes, plantas con espinas y orugas bizarras. Sobrevivimos, nos lo pasamos muy bien, y además cogimos lagartijas: las típicas lagartijas orientales tan distintas de las occidentales que viven apenas a unos kilómetros: pequeñas, muy rayadas y casi sin rojo. Cuando queráis, podéis acompañarnos a verlas con vuestros propios ojos...