31/8/08

Genealogías homéricas

Ilíada. Canto 20

“... Erictonio fue padre de Tros, que reinó sobre los troyanos; y éste dio el ser a tres hijos irreprensibles: Ilo, Asáraco y el deiforme Ganímedes, el más hermoso de los hombres, a quien arrebataron los dioses a causa de su belleza para que escanciara el néctar a Zeus y viviera con los inmortales. Ilo engendró al eximio Laomedonte, que tuvo por hijos a Titonio, Príamo, Lampo, Clitio e Hicetaón, vástago de Ares. Asáraco engendró a Capis, cuyo hijo fue Anquises. Anquises me engendró a mí y Príamo al divino Héctor. Tal alcurnia y tal sangre me glorío de tener.”

Por lo tanto, Capis y Laomedonte son primos. O, por decirlo “con mayor exactitud”, primos carnales. Y ésta es la primera chorrada que se me ocurrió al leer este fragmento; cosas de escuchar en la aldea historias de parentescos interminables, supongo. Pero no me ha pasado sólo a mí...

30/8/08

¡Adiós aldea, adiós verano...!

Son tan pocos los días de diferencia que casi podría decirse que este blog y yo cumplimos años a la vez; muchas gracias a todos los que os pasáis por aquí de vez en cuando a echar un ojo, y a los que ayer me felicitasteis de pensamiento, palabra, obra u omisión :-)
El año pasado por estas fechas estaba yo emocionado con los pájaros que veía desde la ventana de casa o paseando por los alrededores de la aldea; éste, la verdad, me pilla bastante más desganado. Ha sido un verano un poco perdido: primero por los días de vacaciones “de menos” mientras acabábamos el trabajo de campo, y luego porque en la aldea, entre el mal tiempo y la falta de relación con gente de menos de sesenta años, me he aplatanado y no conseguí hacer ni la mitad de cosas que quería. En fin, ya habrá otros veranos mejores... Esta mañana nos hemos vuelto a Orense; todavía estaré por aquí tres días más, agradeceré saber algo de vosotros.
Tormenta otra vez. Todo el día. Para variar...

28/8/08

"¡Las moras!"


Contesté, cuando me interrogaron acerca de cuál era mi fruta favorita. Y se rió, añadiendo con un punto de pitorreo que era lo natural, que me gustase lo que le gusta a los pájaros...

El bicho de la pared

De todos es sabido que las luces encendidas de noche atraen a los insectos. Extenuados tras dar vueltas y más vueltas a su alrededor, acaban posándose cerca, donde muchas veces se les puede sorprender durante la misma noche o a la mañana siguiente. Por eso, cuando me coincide andar de noche por las calles, suelo irme fijando en las paredes cercanas a las farolas, por si hay alguna cosa curiosa a la que merezca la pena dedicarle un rato. Y cuanto más gordos, mejor: tettigónidos grandes y verdes, como hojas de lechuga que muerden; polillas peludas de todas las formas y colores; y mis preferidas con diferencia, las mantis religiosas, de aspecto extraterrestre...
... El escarabajo más grande que recuerde haber visto llevaba varios días en el mismo sitio, bajo el voladizo de un balcón, más o menos metido en una maraña de cables de la luz y del teléfono que se juntan en el mismo lugar. Lo vi una noche yendo al café con mis padres, y lo he estado viendo día tras día, mientras discurría el modo de cogerlo. Pese a ser un primer piso, el balcón está alto; lo suficiente como para que no se le llegue con una escoba o similar. Y además allí, en medio del pueblo, qué vergüenza... Total, que (como era de esperar) en los dos últimos días que pasé fuera de Vilar el bicho desapareció; y me quedo con las ganas de saber qué era. Abultaba más que una hembra de ciervo volante, tal vez fuese algún gran cerambícido, pero desde debajo no se le veían antenas largas... A saber.

22/8/08

Días de visita (3 de 3)

¿Que cómo actualizo de golpe todo el blog; que dónde se ubica el ordenador desde el que subí la entrada de las egagrópilas y desde el que tecleo ahora...? Pues estoy en casa de mis padres, en Orense. Un poco cansado de estar en la aldea sin ver a nadie, decidí comenzar una de mis habituales “Vueltas a Galicia” y me vine el miércoles a pasar el día con Javi: pizza, cine (El caballero oscuro, más que recomendable) y charla; ¡planón! :-) Ayer por la mañana fui a Pontevedra; el día comenzó soleado, pero poco a poco se fue cubriendo y acabó por llover; no importa, con Raúl, Jesús y Leo uno siempre se lo pasa bien. Llegué ya por la tarde a Santiago, y en La Estila me recibieron con tanto cariño como siempre. Y hoy por la mañana, tras pasar un par de horas con Tito, de vuelta a Orense.
Y en unos minutos a Vilar de Barrio otra vez, previsiblemente ya hasta el próximo sábado 30. No os desesperéis, queridos madrileños; el 2 ya estaré otra vez ahí....

Mendiño revisited (2 de 3)

Sedíam’eu na ermida de San Simón
e cercáronmi as ondas, que grandes son!


¡Y olé por los orensanos de vacaciones en la playa! Raúl, dedicado... :-)

Vivir al día la esperanza (1 de 3)

Lc XIII, 4-5: ¿O aquellos 18 sobre los que cayó la torre en
Siloé, y los mató; ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que
habitan en Jerusalén? No, os lo digo.

1 Cor XV, 32: Si los
muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.

Todos los días mueren millones de personas, pero de vez en cuando una catástrofe, como el accidente del avión del pasado miércoles (gente que va o vuelve de sus vacaciones, niños...), nos conmociona vivamente y nos hace tomar conciencia de que estamos en este mundo de prestado. He oído demasiadas veces estos días, en tertulias de radio o televisión, en los bares, paseando por la calle... comentarios a este respecto que invitan por lo tanto a vivir al día y a disfrutar a fondo de cada momento. Son comentarios bienintencionados, ciertamente, pero que muchas veces se plantean con un fondo amargo y sin esperanza.
También en tiempos de Cristo sucedían estas catástrofes imprevistas, y el Señor toma pie de ellas para, con muchas parábolas, explicar la necesidad de estar siempre preparados para bien morir; para pasar, a través de la muerte, de la vida a la Vida, con mayúsculas. Por lo demás, no hay que tener miedo: Dios es nuestro Padre, y no un asesino al acecho, esperando a que demos un traspiés para acabar con nosotros. Podemos tener la seguridad de que, por muy traumática que sea la forma en que se presente, la muerte llegará para nosotros en el mejor momento...
Seguro que todo esto se lo estarán explicando a los allegados de los fallecidos (y mucho mejor que yo) los numerosos sacerdotes que están en el IFEMA ofreciendo su ayuda (“casualmente” no suelen aparecer en las noticias, pero ahí están). Y si tú no puedes hacer nada más, recuerda que siempre puedes hacer lo mejor: Rezar; por el eterno descanso de sus almas y por que sus seres queridos hallen el consuelo que necesitan.

20/8/08

Análisis de una egagrópila

El lugar parece inmejorable: Siempre he supuesto que a cualquier ave rapaz, nocturna o diurna, le seduciría posarse sobre el soporte de la roldana del pozo, desde el que se dominan los campos circundantes, y por eso he buscado allí egagrópilas día tras día, año tras año... siempre sin éxito, hasta el pasado sábado.


Allí estaba, esperándome; una preciosa egagrópila de lechuza Tyto alba. En 4º de carrera conseguí varios créditos de libre configuración limpiando cientos de estas pequeñas cajas de sorpresas, y tenía unas ganas enormes de recordar aquella experiencia.
24 h separan ambas fotos: el agua jabonosa y limpia donde flota la egagrópila se ha transformado en un caldo turbio de huesos y pelo. El olor es fuerte; los reproches maternos más.
El miedo a que todo acabe cañería abajo impele a actuar deprisa. El material está preparado; podemos comenzar.
Primera “pieza” cobrada: Un cráneo de topillo. Un paso por agua limpia y una cuidadosa limpieza posterior con ayuda de pinzas y palillos revelarán toda su belleza.
Los restos del proceso de limpieza incluyen un amasijo de pelo mojado y huesecillos pequeños; innecesarios para la identificación de las presas del ave, pero muy entretenidos para jugar a Operación.


Et voilà! Análisis concluido. El examen de los cráneos (normalmente de detalles de la dentición) basta para la identificación fiable de las presas consumidas; los otros huesos los he colocado a modo de curiosidad. 1. Cráneos y mandíbulas. 2. Escápulas. 3. Húmeros. 4. Ulnas y radio. 5. Coxales. 6. Fémures. 7. Tibias y fíbulas. 8. Una serie de vértebras que conservan su conexión y otras vértebras y costillas sueltas.
¿Y qué había comido la noche anterior nuestra lechuza? Un topillo y dos musarañas; micromamíferos típicos de los pastizales como los que rodean al pozo.
No, no es una costilla, como creía yo cuando empecé a limpiar egagrópilas; es un incisivo inferior del topillo. Como se aprecia en los contornos óseos, recorre la mandíbula en toda su longitud.
Bonita comparación de dos géneros de musarañas: Crocidura, de cráneo uniformemente cónico, dientes blancos e incisivos inferiores lisos; y Sorex, de neurocráneo abombado, dientes con las cúspides rojizas e incisivos inferiores de borde serrado.

17/8/08

Aνάγκη

Para desoxidar mi cada vez más olvidado francés, compré y comencé a leer hace unos meses Notre-Dame de Paris, historia por todos conocida gracias a la película del Disney del jorobado. Me costó mucho acostumbrarme a la prosa decimonónica de Hugo, tanto que estuve a punto de abandonar el libro varias veces, pero finalmente sobreviví a sus exasperantes por lo largas y minuciosas descripciones de calles y edificios del París altomedieval, consiguiendo desenterrar las historias de la novela, ocultas bajo toneladas de engolamiento literario. Y menudas historias; desde luego tuvo que ponerle mucha imaginación el que hizo la película, porque salvo que la acción transcurre en París y que hay una gitana y un jorobado, el argumento no tiene nada que ver con el del libro... Fatalidad. Tenía ligeras esperanzas de que alguno de los personajes, aunque fuese de los más antipáticos, consiguiese salir airoso de las complicadas situaciones en que los mete el escritor, pero ni uno solo se salva; menuda es la novela como “historia para niños”.
Tanto he tardado en acabarla que casi no me queda verano para emprender grandes empresas lectoras; y sin embargo, dejándome llevar por el vicio de recomenzar libros ya disfrutados una y otra vez en lugar de probar cosas nuevas, tras devorar en un par de días La esfinge de los hielos he sido arrastrado de nuevo por las vinosas aguas del ponto, acompañando en su singladura a las mil naves que zarparon al rescate de la mujer más bella del mundo. Me están dando unas ganas de hacerme un bocadillo de queso y aceitunas...

11/8/08

Fin del trabajo de campo

Iván, Sofía, JPT y un servidor a las afueras de Pradoluengo (Burgos)
Ya está; ya se ha terminado el campo por este curso. Me habría gustado dedicarle un mes entero, y no sólo estos 20 días; pero la verdad es que uno acaba baldado, y no me va a sentar nada mal descansar ahora un poquillo...
Os escribo ya desde la casa de la aldea, junto al telescopio, que mira nostálgico por la ventana abierta las huertas, labrantíos y setos de Vilar de Barrio, soñando con mayores empresas que las de enfocar pardillos y colirrojos (no te quejes; desde esta ventana has visto cosas bien bonitas...). Tras Vitoria estuvimos otros dos días en Laredo y alrededores, con un resultado bastante pobre en cuanto a capturas pero no en cuanto a contacto humano, pues tuvimos la ocasión de ser recibidos por las familias de Iván y de Pepe (en cuyo jardín, ante la mirada curiosa de sus cinco hijos, esposa y dos cuñadas, capturamos y procesamos dos de las escasas diez currucas cántabras). Tocó después El Bierzo, y en Molinaseca (junto a Ponferrada) descubrimos el paraíso: Un hotel de lujo donde nos cobraron una miseria por hacernos tarifa de empresa, un pueblecito precioso con un río en el que bañarse y, sobre todo, un soto mágico, con docenas (literalmente) de currucas que caían en nuestras redes como churros. Finalmente, el martes pasado llegamos aquí, y entre ese mismo día por la tarde y el miércoles por la mañana conseguimos completar también la localidad. Tenía yo ganas de anillar aquí para ver si aparecía alguna novedad, y efectivamente sumé tres especies a la lista del pueblo (una nueva para mí además); nunca se acaba de descubrir lo que tiene uno a la puerta de casa...
No sé por qué, el año pasado conseguía conectar el portátil a Internet en la aldea y éste no; esta entrada la publico hoy desde Orense. Así que para actualizar este blog en lo que queda de mes dependeré de que pueda conseguir conexión de alguna manera. En fin, nos vemos de nuevo cuando Dios quiera :-)


¡No dispare, que soy un peti edad 3, muy joven para morir!

Y os dejo con una “foto misteriosa”, que los lectores asiduos del blog identificaréis sin ninguna dificultad... ¿Quién, tras haberme enseñado hace años sólo su cabeza, dejó ver no sólo su cuerpo como en la foto, sino todo su ser? ¿A quién pertenecen esas infracoberteras caudales tan largas y de centro oscuro?