Último día de muestreo: de vuelta en Brihuega. Tras un lunes horrible de lluvia y fríos, ayer nos costó empezar a ver y capturar bichas, pero después de comer fue todo sobre ruedas y en nada y menos volvíamos a Madrid con las diez últimas lagartijas del muestreo de 2015.
En el campo todavía bastantes flores; ésta ha sido con diferencia, de las cuatro, la localidad con la primavera más prolongada, o tal vez retrasada. En la entrada de nuestra visita anterior os ponía una imagen de lino blanco, y en ésta una de lino azul Linum bienne, el posible predecesor del lino cultivado.
A la par que las flores, aparecen los bichos. La jara se repite: es la Cistus laurifolius de Navacerrada, pero los escarabajos en cambio no: éstos, abundantísimos por toda la zona de muestreo, son Lobonyx aeneus, los únicos representantes ibéricos de la familia Prionoceridae.
Este otro bicho, con saber que es un escarabajo joya (familia Buprestidae) ya me doy por satisfecho, pues de éstos hay más de una especie en España. Y más de dos, y más de...
Y con esta otra oruga ya ni con la familia me voy a mojar... se parece bastante a las orugas de Orgyia de Aranjuez, pero ¡a saber!
Complicado mundo, el de la identificación de insectos... Aunque a otro nivel, identificar los rastros de mamíferos también se pone muchas veces difícil, pero con estos montoncitos de heces, como huesos brillantes de aceituna negra, pocas dudas caben, que fueron muchas las cacas de corzo contadas durante las prácticas... En el transcurso de estos ocho días de muestreo de lagartijas nos han acompañado algunos alumnos voluntariosos. Nos ha venido muy bien, porque cada par de ojos extra se nota cuando de buscar lagartijas se trata, y creo que ellos no lo han pasado mal tampoco... la verdad es que ¡cómo echo de menos la docencia!
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