Cuando a uno le cuentan en Biología los problemas involucrados en la conservación de especies amenazadas, siempre termina saliendo a la palestra la estocasticidad; esto es, la probabilidad de que, por puro azar, una población pequeña y localizada geográficamente se vea gravemente afectada por alguna catástrofe natural (estocasticidad ambiental) o por un vaivén demasiado marcado de la variación habitual del número de individuos (estocasticidad demográfica). Y como además las desgracias nunca vienen solas, un evento estocástico de estos puede dar la puntilla a una población que ya esté lidiando con problemas anteriores.
Y el petrel de Madeira Pterodroma madeira nos ofrece un ejemplo muy práctico y reciente: como tantas otras especies de aves marinas acostumbradas a no esconderse mucho en tierra al acudir a criar a las islas oceánicas libres de depredadores terrestres, al llegar los colonos y sus amigos (ratas y gatos) a la isla portuguesa se convirtió en candidato ideal a engrosar la lista de especies que se han ido. En efecto, y pese a que recientemente su número parece ir aumentando, este petrel es el ave más amenazada de Europa, con una población de apenas 80 parejas acantonadas en época de cría en las cumbres más inhóspitas de la isla que le da nombre. ¿Y que ha pasado este año? Pues que un incendio fortuito este verano se ha llevado por delante varios adultos y más de la mitad de los pollos de este año... Estocasticidad.
Y el petrel de Madeira Pterodroma madeira nos ofrece un ejemplo muy práctico y reciente: como tantas otras especies de aves marinas acostumbradas a no esconderse mucho en tierra al acudir a criar a las islas oceánicas libres de depredadores terrestres, al llegar los colonos y sus amigos (ratas y gatos) a la isla portuguesa se convirtió en candidato ideal a engrosar la lista de especies que se han ido. En efecto, y pese a que recientemente su número parece ir aumentando, este petrel es el ave más amenazada de Europa, con una población de apenas 80 parejas acantonadas en época de cría en las cumbres más inhóspitas de la isla que le da nombre. ¿Y que ha pasado este año? Pues que un incendio fortuito este verano se ha llevado por delante varios adultos y más de la mitad de los pollos de este año... Estocasticidad.
6 comentarios:
yo a eso lo llamaría apocalípsis, pobres petreles
Suena menos científico; pero desde luego es mucho más sentido, lo suscribo...
Antón! una pregunta: estocasticidad puede ser relativo al uso, disfrute y extracción de un recurso por el ser humano a modo de predación? Implica esto una dinámica de segundo orden en la fluctuación demográfica?
Gracias!
Hola, anónimo lector:
Bueno, estrictamente estocasticidad se refiere a algo imprevisto, que sucede de forma aleatoria, sea en el caso de conservación que cito sea en cualquier otro campo; así que no veo mucha relación con lo que comentas tú, que me da que hablas de algo como ordenado y reglamentado. Estocasticidad no tiene relación con el término de "stock", que parece que es por donde lo quieres llevar tú... en fin, no sé si te he aclarado algo o no :-)
Bueno, dentro de las fluctuaciones naturales de la densidad poblacional de una especie gregaria, en el ADN o donde queramos mirar no está previsto que el ser humano llegue y extraiga un recurso, aumentando, según predación de éste, las tasas de mortalidad naturales producidas por el incremento de éstas debido a la extracción. ¿Desde qué prisma se ha de ver que ese suceso sea imprevisto entonces,desde el recurso gregario, o desde el ser humano? Gracias de nuevo.
Hola otra vez:
El suceso es imprevisto para el animal, pero es el ojo humano el que lo juzga así :-) Me refiero: tengo por ejemplo un bosque de un árbol raro, que ya solo crece en el monte X porque el resto de su área se ha talado para uso maderero, limpiar espacio para pastos... lo que sea. Yo sé cuáles son los factores de amenaza (tala directa), y si los controlo (prohíbo la tala) pues estoy razonablemente seguro de que ese árbol va a pervivir y, poco a poco y si queda sitio, ir recolonizando las zonas donde vivía. Lo que no puedo prever (estocasticidad) es que de repente caiga un rayo y todo ese monte donde queda la especie se me queme en unas horas: pasa y se acabó.
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