... comentábamos hace unos días Sofía y yo el miedo que nos daba que el día de la defensa de la tesis (je, ¿de qué íbamos a hablar si no?) uno de los miembros del tribunal nos saliese rana e, incluso sin pretender hacerlo a mala idea, nos saliese con alguna pregunta retorcida. Convenimos los dos en que lo que más miedo nos daba es la gente que pregunta por cosas ligeramente filosóficas, por decirlo de algún modo, que "se supone" un biólogo debería conocer; de teorías y así. Y yo temblando, porque seguro que tengo la tesis llena de palabras escogidas con poco cuidado, de causalidades en vez de correlaciones, de interpretaciones finalistas, de postulados neolamarckistas y cosas así... en fin. Nos reconocimos mutuamente, casi como quien sale del armario, la pereza absoluta que nos daba leer Darwines, Goulds, Dawkines e historias parecidas; razón por la que nuestras tesis irán ligeritas de citas de esas que tanto visten.
Ayer me dio por leer (en mala hora) un par de artículos "sencillitos" (je) sobre la estadística bayesiana, y por qué ésta es muchas veces más apropiada que la frecuentista (nota: la "frecuentista" viene a ser la de siempre, con sus Ho y p's). Me quedé al principio del primero de ellos con la idea de que la estadística frecuentista busca y no consigue hallar el valor real de cualquier parámetro mensurable de una población, que se transforma así en un Platonic phantom (sic). Y de las Ideas salté al principio de incertidumbre de Heisenberg. Y de ahí al gato de Schrödinger... y me tiré el resto del día con la musiquilla del Nyan Cat en la cabeza. Haciendo una tesis, sí, ¿qué pasa?
2 comentarios:
Esta entrada es un síntoma ínequivoco de que el asunto se acerca. jaja ;)
FJP
Esperemos, esperemos...
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