1/8/13

Tiempo para todo

Por fin, tras tanta playa y tanta arena, tras tanto quejarse por la partida de los vencejos que esta mañana volvieron a dejarse ver; hemos recalado en Vilar de Barrio. Y con Internet en esta ocasión, gracias a las maravillas de la técnica y a poder usar el móvil de módem (y a las explicaciones de JaviP). No será por mucho tiempo, ya que al fin y al cabo el domingo toca bajar de nuevo a Madrid, para preparar el inminente viaje a Lituania; pero hay el suficiente como para concentrar todos los pequeños placeres del verano en la aldea… tiempo para pasear por un monte distinto del madrileño. Tiempo para enredar en los huecos de las paredes de casa y entre las plantas de lo que otrora fuera nuestra huerta, a la búsqueda de los bichos de los que tanto se aprende. Tiempo para meterse entre pecho y espalda alguna de las series cuidadosamente preservadas para esta ocasión, incluyendo la última serie de Sir David: Africa; parece mentira lo que puede dar de sí este continente entre sus expertas manos, pese a lo quemados que nos tienen ya todos los demás realizadores a base de leones, elefantes, cebras y ñues. Tiempo hasta de aprender las palabras inglesas más inverosímiles (cantankerous y flirtatious, ayer), gracias a su cuidada y curiosa dicción…


… y tiempo, porsupuestísimo, para ¡la verbena! :-D Jeje; estos días atrás en el Algarve había en el hotel música por la noche, y la pulga de mi sobrina decía después de cenar “¡vebena, vebena!”… se ve que lo llevamos muy dentro. Llevamos varios años evitando venir a la aldea justo a primeros de mes, porque a mi madre le daba cosa estar en la fiesta (ya sabéis, San Fiz, hoy mismo) tras morir mis abuelos; pero por fin este año podré volver a comprobar en directo el nivel que se gastan las orquestas contratadas… y vengo muy exigente, así que más les vale esforzarse. Ya os contaré.

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