Pues eso, ¿por qué no? El año pasado me dio pena romper la inveterada tradición comenzada tres antes de ir en primavera a Monfragüe, y la verdad tenía ganas de volver. Y si bien es cierto que es un sitio que estará en su punto álgido dentro de tres-cuatro meses, también sentía curiosidad por ver cómo cambiaba el paisaje durante el invierno. Así que cuando Javi me lo propuso no me resistí gran cosa; y como el pronóstico meteorológico para el sábado era más o menos decente, pues allá que nos fuimos.
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Monfragüe está a la distancia justa y ofrece lo suficiente como para que la paliza de ir y volver en el mismo día desde Madrid compense, pero espero que esta primavera podamos volver durante un par de días. Se abre el plazo de solicitud...