10/3/10

El “Huerto” de Levante (y II)

El domingo por la mañana lloviznaba ligeramente, pero ya no había el molesto viento del día anterior. Finalmente hasta la llovizna fue desapareciendo con lo que quedó un día muy chulo en el que pudimos disfrutar por fin del pajareo.
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Volvimos a El Hondo, y ahora sí los bichos se portaron: además de las acuáticas “habituales” (como las avocetas de la foto) en cantidad, quedaba una curiosa mezcla de pajarillos invernantes y estivales: torcecuellos y pechiazules, bisbitas alpinos y lavanderas boyeras, todas las golondrinas de la lista española, vencejos pálidos y reales… Y, de nuevo para nuestra desgracia, uno de los objetivos que determinaron que parásemos en la zona, apareció (volando primero, posada luego) donde el viento da la vuelta, a la distancia justa más allá de la cual sería inidentificable como ser vivo… Se trataba de un águila moteada Aquila clanga; una de las dos de esta especie oriental que invernan este año en la zona.

Del águila no hay fotos; de su comida sí...
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Algo más tarde, Javi pudo tachar de oído y fugazmente de vista otra de las especialidades de la zona, el carricerín real (yo ya lo tenía de Mallorca). Pero el momento álgido del fin de semana vino luego, cuando bordeando el parque por el sur pudimos ver en vuelo de nuevo una de las águilas moteadas, a una distancia más que suficiente para apreciar con el telescopio todos sus detalles característicos…
Y hubiera acabado bien la cosa, si no fuese porque animados por el éxito en El Hondo decidimos volver probar suerte con Martina… Tres infructuosas horas de espera más tarde volvimos a Madrid, convencidos de que le habían podido las hormonas y se había largado ya rumbo al norte, porque no era posible que moviéndose como solía moverse en un área tan pequeña nos la hubiésemos comido… Y pasó lo que tenía que pasar, que ayer nos enteramos de que la han vuelto a ver el lunes exactamente allí… Esto de los pájaros, que es una lotería.

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