En realidad fueron dos las veces en que nos acercamos a intentar ver los vencejos moros. La primera apenas aguantamos, porque estaba el día lluvioso y tristón y por allí no se movía nada; y decidimos visitar las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia.
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Estos son los restos de uno de los acueductos que daban servicio a la ciudad. Muchas veces al pasar por la N-340 me había fijado en el cartel que indicaba la presencia de estas ruinas, y no sé por qué siempre di por hecho que serían apenas cuatro piedras mal puestas, cuando la verdad es que hay muchos restos y apreciablemente bien conservados.
Ésta es una de las puertas de la ciudad; se aprecian restos del pavimento enlosado. El yacimiento sigue siendo excavado hoy en día, aunque lo que aún queda soterrado se supone que son básicamente viviendas.
Viviendas como las que aparecen aquí. La ciudad, a la que se le calculan en su momento de máximo esplendor (SS. I y II d.C.) unos 2.000 habitantes, fue el principal puerto comercial que enlazaba la Península con el norte de África.
Viviendas como las que aparecen aquí. La ciudad, a la que se le calculan en su momento de máximo esplendor (SS. I y II d.C.) unos 2.000 habitantes, fue el principal puerto comercial que enlazaba la Península con el norte de África.
De todas formas si Baelo se hizo un hueco en el Imperio fue por sus salazones de pescado y productos derivados, en especial el garum, una deliciosa salsa elaborada con tripas de pescado fermentadas que se consumía en toda Roma. Restos de factorías de garum como los de la imagen pueden verse en distintos asentamientos romanos de las costas españolas.
1 comentario:
que guay!! yo he escrito una historia cuando lo vi este verano visitala ya en:
http://injusticianovela.blogspot.com/
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