El sistema de aves y parásitos de la malaria sobre el que se apoya mi tesis tiene una tercera pata sin la que estaría peligrosamente cojo, que es la de los insectos hematófagos que actúan como vectores de los parásitos. Por eso hemos decidido incluir dentro de los experimentos que llevamos y llevaremos a cabo el estudio de estos vectores.
El muestreo de estos insectos (mosquitos de ahora en adelante; aunque no son sólo mosquitos, sino también ceratopogónidos, hipobóscidos y simúlidos) es bien sencillo: basta con colocar al atardecer en el lugar adecuado una trampa de luz ultravioleta cebada además con CO2 y dejarla durante la noche, y los mosquitos se muestrean solos.
Nuestro quebradero de cabeza ha estado precisamente en esas trampas: debido a una serie de incidentes encadenados que sería muy tedioso relatar aquí, conseguirlas nos ha supuesto mes y medio de llamadas y faxes cruzados con Florida, de papeleo en la aduana de Barajas y un desembolso de dinero muy superior al inicialmente previsto; así que ahora estamos deseando usarlas y que se porten como esperamos. Y su bautismo de fuego empezará este viernes en Tarifa, donde aprovecharemos que todavía quedan currucas invernantes para empezar a testar una hipótesis que queremos desarrollar con respecto a la trasmisión de parásitos entre aves invernantes y sedentarias. Ya estamos tardando en coger el coche y bajar de nuevo al Estrecho…
El muestreo de estos insectos (mosquitos de ahora en adelante; aunque no son sólo mosquitos, sino también ceratopogónidos, hipobóscidos y simúlidos) es bien sencillo: basta con colocar al atardecer en el lugar adecuado una trampa de luz ultravioleta cebada además con CO2 y dejarla durante la noche, y los mosquitos se muestrean solos.
Nuestro quebradero de cabeza ha estado precisamente en esas trampas: debido a una serie de incidentes encadenados que sería muy tedioso relatar aquí, conseguirlas nos ha supuesto mes y medio de llamadas y faxes cruzados con Florida, de papeleo en la aduana de Barajas y un desembolso de dinero muy superior al inicialmente previsto; así que ahora estamos deseando usarlas y que se porten como esperamos. Y su bautismo de fuego empezará este viernes en Tarifa, donde aprovecharemos que todavía quedan currucas invernantes para empezar a testar una hipótesis que queremos desarrollar con respecto a la trasmisión de parásitos entre aves invernantes y sedentarias. Ya estamos tardando en coger el coche y bajar de nuevo al Estrecho…
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