31/3/10

Baelo Claudia

En realidad fueron dos las veces en que nos acercamos a intentar ver los vencejos moros. La primera apenas aguantamos, porque estaba el día lluvioso y tristón y por allí no se movía nada; y decidimos visitar las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia.
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Estos son los restos de uno de los acueductos que daban servicio a la ciudad. Muchas veces al pasar por la N-340 me había fijado en el cartel que indicaba la presencia de estas ruinas, y no sé por qué siempre di por hecho que serían apenas cuatro piedras mal puestas, cuando la verdad es que hay muchos restos y apreciablemente bien conservados.

Ésta es una de las puertas de la ciudad; se aprecian restos del pavimento enlosado. El yacimiento sigue siendo excavado hoy en día, aunque lo que aún queda soterrado se supone que son básicamente viviendas.

Viviendas como las que aparecen aquí. La ciudad, a la que se le calculan en su momento de máximo esplendor (SS. I y II d.C.) unos 2.000 habitantes, fue el principal puerto comercial que enlazaba la Península con el norte de África.

De todas formas si Baelo se hizo un hueco en el Imperio fue por sus salazones de pescado y productos derivados, en especial el garum, una deliciosa salsa elaborada con tripas de pescado fermentadas que se consumía en toda Roma. Restos de factorías de garum como los de la imagen pueden verse en distintos asentamientos romanos de las costas españolas.

El anfiteatro visto desde la playa. Tras su edad dorada, una serie de terremotos en el S. III y después el abandono en manos bárbaras transformaron Baelo en un mero asentamiento chabolista, que acabaría siendo abandonado aun antes de que los moros invadiesen España.

Samu y Sofi junto a las columnas de la basílica judicial. El chaval, al que le gusta mucho la novela histórica ambientada en Roma, disfrutó especialmente de la visita. Hoy marchan los dos a Canadá; qué largos se me van a hacer estos tres meses...

30/3/10

Tacharse al moro

Lo bueno del muestreo de mosquitos es que, a pesar de las largas horas encorvado clasificando las capturas, queda todavía bastante tiempo libre que dedicar durante el día a visitar algunos lugares; desde luego mucho más que cuando estamos anillando. La Cueva del Moro, en el cerro al norte de la playa de Bolonia, fue uno de nuestros destinos tras dejar un atardecer las trampas conectadas: en su interior anida lo que, para seducir a Sofía y a Samu de que me llevasen hasta allí, describí como “un proceso biogeográfico en acción”.
Así luce la boca de la cueva desde la mitad de la ladera. Subir hasta allí andando resulta bastante penoso por lo empinado de la senda... pero ya que se puede subir en coche, pues no hay ningún problema. El “proceso biogeográfico” no era otro que el vencejo moro Apus affinis, del que ya he hablado aquí en otra ocasión. Dicha cueva es uno de los lugares de nidificación tradicionales en la Península, y como queda tan cerca de ese must see ornitológico que es Tarifa son legión los pajareros que, como estábamos haciendo nosotros, suben hasta allí para tachárselo cómodamente...

El cartelito de la foto es un típico en los reports ornitológicos que incluyen una visita a esta cueva (y en los no ornitológicos); reports como los que Javi amablemente me envió para preparar esta parte del viaje.
Y delante de ustedes, la Cueva del Moro. Con un poco de mala suerte, como tuvimos nosotros, se encontrarán en el aparcamiento de debajo un par de belgas que en un inglés titubeante le dirán que sí, que aparecieron little swifts hace media hora y que no los han vuelto a ver... Pero que hay ¡un macho de blue trush! (y no os digo lo que pensé que podrían hacer con el roquero solitario en ese momento; y eso que es un bicho que me gusta bastante...).

Siempre puede uno hacer tiempo contemplando las vistas que de la playa de Bolonia hay desde el mirador, frente a la cueva. Tenía un miedo razonable de que a Sofía y a Samu se les agotase la paciencia y quisieran irse de allí, máxime cuando el día estaba ya más que de caída. Contra todo pronóstico, y cuando ya la luz escaseaba de verdad, apareció un precioso vencejo moro: minúsculo, con un aleteo frenético más de murciélago que de ave; una preciosidad, vamos :-) ¡Objetivo conseguido!

Últimamente parece que en todas las salidas que hacemos acabo haciéndome una foto junto a un perro. En esta, a falta de perro, bien vale una cabra de las que triscaban por allá...

29/3/10

Instantes pre-Talgo: Gente y fotos

Mañana previa a coger el tren. Este fin de semana ha ido un poco de despedidas: despedidas a corto plazo de la gente que si Dios quiere volveré a ver dentro de diez días (Javi, Vero, Jaime...) y especialmente de Sofía, que se marcha a su primera estancia de la beca a Canadá por tres meses, a identificar ácaros de las plumas en la Universidad de Alberta; y a la que ya echo de menos en el despacho sin estar yo siquiera allí... Entremedias he tenido también “visita”: JaviR ha venido a un congreso y el tiempo que ha tenido libre por las tardes lo hemos pasado juntos, con lo que me evito ir a Coruña a verle esta Semana Santa (lástima; con lo que me gusta a mí la ciudad herculina...). En cualquier caso al llegar esta tarde a Orense no me espera más que mi padre: mi madre y mi hermana mayor comenzaron ayer una merecida escapada a París hasta el jueves; el jueves vendrá también mi hermano, y a mi hermana del medio y a mi cuñado les esperan mientras los fiordos noruegos...
.... Y para que nadie vote esta entrada como la más aburrida del año, os enlazo también las fotos ganadoras del concurso BirdGuides 2009, que bien merecen unos momentos.

27/3/10

El despacho de Jaime (va de fotos)

Mesa no tiene, pero tampoco le hace falta...
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Este año que Chechu tiene unos cuantos alumnos encantados de ayudarle creo que no pisaré (mucho) Prado Herrero. Sin embargo, las ganas de salir al campo, y de ver en concreto el desperezarse primaveral de la Sierra, me han hecho acompañar encantado a Jaime esta mañana a revisar cajas nido de estorninos negros en la dehesa boyal de Soto del Real (en "su despacho", como lo -gracias Compostela- llama su hermana, que también vino).
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Cajas nido como ésta, por ejemplo. En esta época del año, al inicio de la época de cría, los estorninos visitan poco la colonia: una vez toman posesión de los nidos los machos empiezan a arreglarlos y a cantar sobre ellos para atraer a su futura compañera. Si a ésta le gusta lo que ve toma el relevo y acaba de “amueblar el piso”.

Según Jaime estas piedras mal puestas son los restos de un asentamiento celtíbero... Bueno, ¿por qué no? :-)

Con esa mirada inteligente que las caracteriza, las vacas seguían atentamente nuestros movimientos desde una de las particiones de la dehesa. Mejor así, al otro lado del muro; que ya sabéis que soy un gallina...

Esto más o menos es lo que estábamos buscando: ver que las cajas presentaban un estado de conservación aceptable y que los pájaros están empezando a ocuparlos.

Aunque a veces no son pájaros lo que se encuentra uno, sino por ejemplo avispas. Por suerte este nido era viejo, del año pasado, y no estaban sus dueñas zumbando alrededor...

Así luce por dentro un nido de Vespula sp. (creo), con los panales de papel formando pisos en espiral para que circule bien el aire de abajo a arriba.

Otro nido de himenópteros, pero éste de hormigas rojas Formica sp. Éste era un “iglú” bastante majo de cerca de medio metro de diámetro. Sus habitantes estaban también disfrutando del sol que quema las damas de palacio. Estando liado con las cajas cuesta más fijarse en los pájaros que en los bichos, pero aún así por allí andaban: Milanos negros, pinzones, carboneros y herrerillos, todos encelados cantando como locos; o el segundo pico menor Dendrocopos minor que veo :-)

Y acabamos con una flor, Romulea bulbocodium, que tachonaba la pradera por toda la dehesa.

26/3/10

Mosquitos tarifeños

Aunque no haya sido lo más interesante de estos cinco días pasados en Tarifa, el muestreo de mosquitos era el principal motivo que nos llevó a Sofía, Samu y a mí hasta el Campo de Gibraltar; así que por aquí empiezo mi relato.
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Así lucen nuestras trampas una vez colocadas. El mecanismo es bastante básico: un ventilador que funciona alimentado por una batería envía hacia el bote que cuelga los mosquitos que se ven atraídos por la combinación del tubo de luz ultravioleta y el CO2 que se desprende de unos productos químicos contenidos en el sobre que se ve junto al bote. La trampa se acciona antes del anochecer y se recoge después del amanecer; las capturas se matan metiendo el bote dentro de otro mayor con material impregnado de acetato de etilo y después se separa el trigo de la paja. El bulto tan precariamente atado al tronco que se ve en la foto es la batería de la trampa; tiene un peso tan considerable que siempre que nos fue posible procuramos colocarla directamente sobre el suelo.

De vuelta en el hotel tocaba clasificar las capturas. Aunque la trampa es bastante selectiva y la mayor parte de los bichos que caen son los que nos interesan, aun así éstos hay que contarlos y separarlos por especies (de una forma grosera; la identificación final aún está por hacer).
Nos interesan dos grupos de insectos hematófagos: Mosquitos culicinos (los vectores de Plasmodium en aves) apenas sí capturamos alguno, pero ceratopogónidos del género Culicoides (vectores de Haemoproteus) obtuvimos bien cerca de cinco mil (contados uno por uno encorvado sobre la silla, sí). Y de vuelta con ellos en la Facultad toca ahora ver cómo los analizamos… Pero no hay prisa de momento; primero, disfrutemos de Semana Santa.

25/3/10

Un engendro

Ayer mi hermano y yo fuimos al teatro. Se suponía que la obra escogida iba a ser una sorpresa; pero esto es mucho suponer cuando las entradas estuvieron días rondando por casa a la vista de todos… Esto me permitió buscarla en Internet, y el resultado no parecía muy prometedor. Así que fui a los Teatros del Canal dispuesto a aguantar más que a disfrutar de Frankenstein; y tal vez fuese esa predisposición negativa, pero la verdad es que no es una obra que recomiende a nadie.
La “Sala Verde” del teatro presenta una curiosa disposición de las butacas en gradas por los cuatro costados, como si fuese un escenario de combate. Esto hace que necesariamente los actores estén dando siempre la espalda a parte del público, y para solventarlo en cierta medida deben estar girándose y moviéndose por el escenario continuamente, lo que interfiere con el desarrollo del argumento. Por otra parte, el público está sorprendentemente cerca del escenario, de forma que desde la primera fila (la nuestra) uno no se pierde ninguno de los detalles más desagradables que menudean en la obra, de los cuales no son los menores la delgadez mórbida de uno de los dos actores que interpretan a la criatura o la asombrosa producción de babas del que actúa como Víctor Frankenstein. Este detalle (el de los salivazos continuos) podría solventarse fácilmente si los actores contaran con micrófonos que les permitiesen vocalizar más y gritar menos, lo que hace también que descienda la calidad de la interpretación.
¿La historia? No conozco la original de primera mano, pero ésta parece una adaptación bastante fiel a la misma. En su desarrollo se intercalan una serie de digresiones en las que cuatro personajes decimonónicos (un literato romántico, una feminista, un anarquista y un “conservador”) hablan sobre la propia obra defendiendo (a gritos) sus puntos de vista sobre la misma con lugares comunes tan manidos y pueriles que en mi opinión están completamente de más.
¿Qué se salva? Pues poco. La actuación de Emilio Gavira en todo caso, muy convincente en la interpretación de sus personajes y el único que era capaz de hablar alto vocalizando… y sin duchar al público.

24/3/10

Un incidente desagradable

Esto es una vergüenza . Independientemente de que lo que piden sea más o menos razonable y de justicia, estos no son modos; se desacreditan y nos desacreditan a todos. No tengo especial antipatía o simpatía por el equipo de gobierno de nuestro Rector; en todo caso, me fastidia que lleven meses mareando la perdiz con una carta de protesta que enviamos desde el Departamento, a raíz de un tema que ya comentaré si hay espacio para ello. Pero desde luego lo “tengo” mucho más presente que a otros de mis superiores; sean el alcalde, la presidente, el presidente o desde luego el mataosos. Y lo de ayer me ha fastidiado mucho…
Bueno, pues ya me he indignado lo suficiente… Ayer por la tarde volvimos de Tarifa, tras una campaña mosquitera muy (demasiado) provechosa de la que ya os contaré más cosas cuando organice fotografías e ideas. De momento a ver si acabo varios asuntos por la Facultad, que apenas me queda hoy y mañana antes de las vacaciones te Semana Santa… ¡Tanto gusto de estar de nuevo con vosotros :-)!

18/3/10

Innovación en la docencia, ¿para qué?

Transformando Blogspot en Twitter, os cuento en riguroso directo que acabo de salir de mi primera clase de docencia: Un seminario sobre índices de condición física en vertebrados para el que tenía dos horas, y que sólo me llevó una. Mis tres (3) alumnos (cosas de que sean seminarios de asistencia libre, justo después de comer y antes de un puente, y de que exactamente el mismo se vuelva a impartir el 15 de abril) no parecieron apreciar el que la presentación de Power Point estuviese recién hecha, como el buen pan… Algún día conseguiré acabar una presentación el día antes al de la charla; algún día…
El título de la entrada viene a cuento de que yo contaba ya con una presentación, la del año pasado (la de todos los años, la misma que me dieron a mí…), que pude simplemente haber adaptado a mi gusto. Pero opté sin embargo por renovarla casi por entero, cambiando muchos de los ejemplos. Considerando el trabajo que me ha llevado uno piensa que bueno, para mí es vieja, pero para los alumnos (si no son repetidores) no; y que los ejemplos que tenía eran muy buenos para ilustrar los temas tratados y que no hacía realmente falta cambiarlos, sobre todo cuando no estoy muy seguro de haberlo mejorado… En fin; al menos esa labor de búsqueda me ha servido para actualizarme a mí; y siempre encuentra uno cosas interesantes: porque esto de los artículos y las referencias es como las cerezas, se tira de uno y van saliendo otros enganchados detrás...
Sea como fuere, ya está hecho. Ahora lo que importa es que mañana nos bajamos a Tarifa a por mosquitos :-) Me llevaré el portátil y, quién sabe, igual hasta me actualizo durante estos días… Estad atentos.

15/3/10

Lo de los mosquitos…

El sistema de aves y parásitos de la malaria sobre el que se apoya mi tesis tiene una tercera pata sin la que estaría peligrosamente cojo, que es la de los insectos hematófagos que actúan como vectores de los parásitos. Por eso hemos decidido incluir dentro de los experimentos que llevamos y llevaremos a cabo el estudio de estos vectores.
El muestreo de estos insectos (mosquitos de ahora en adelante; aunque no son sólo mosquitos, sino también ceratopogónidos, hipobóscidos y simúlidos) es bien sencillo: basta con colocar al atardecer en el lugar adecuado una trampa de luz ultravioleta cebada además con CO2 y dejarla durante la noche, y los mosquitos se muestrean solos.
Nuestro quebradero de cabeza ha estado precisamente en esas trampas: debido a una serie de incidentes encadenados que sería muy tedioso relatar aquí, conseguirlas nos ha supuesto mes y medio de llamadas y faxes cruzados con Florida, de papeleo en la aduana de Barajas y un desembolso de dinero muy superior al inicialmente previsto; así que ahora estamos deseando usarlas y que se porten como esperamos. Y su bautismo de fuego empezará este viernes en Tarifa, donde aprovecharemos que todavía quedan currucas invernantes para empezar a testar una hipótesis que queremos desarrollar con respecto a la trasmisión de parásitos entre aves invernantes y sedentarias. Ya estamos tardando en coger el coche y bajar de nuevo al Estrecho…

14/3/10

La mejor; cada vez más...

El miércoles recogí en la empresa de mensajería un paquetillo que llevaba esperando largo tiempo... El año pasado se anunció que por fin, tras varios retrasos en su fecha prevista de aparición, iba a ver la luz la 2ª edición de la Svensson; la mejor guía de aves de Europa con diferencia. Desde agosto la tenía reservada, como todo buen friki; y por fin este mes se ha publicado en tapa blanda, tres veces más barata que el vergonzoso precio de la traducción española...
De momento no hago más que hojearla cada vez con más ganas, deseando zambullirme de pleno entre sus textos reescritos y sus láminas ampliadas y reestructuradas. Aunque evidentemente es el mismo libro que la primera edición, las mejoras y actualizaciones son tantas y tan convenientes que le hacen parecer nuevo. ¿Recomendable? Sin duda. Todas las reseñas (esta tan breve mía incluida) son más que favorables.

13/3/10

Otro día "corceando"

Ayer viernes volvimos a salir al monte, a realizar la segunda y última serie de transectos a la búsqueda de grupos fecales de corzo por la Sierra. La idea original era subir y bajar a lo largo del puerto de Navafría; pero el campo es impredecible, y una breve nevada caída la noche anterior fue suficiente como para cubrir el suelo de blanco. Apenas nada, pero lo suficiente como para que no haya manera de ver rastro alguno... Así que seguimos A-1 arriba hasta pasar Somosierra, y después tiramos de nuevo hacia el SO y fuimos dejando gente por los encinares y sabinares del entorno de Pedraza. Como había pocos alumnos, y por consiguiente pocos grupos, los profesores formamos un grupo extra para aumentar el número de transectos realizados; y así el dúo cómico Santos&Tellería nos tuvo entretenidos a Sofía y a mí toda la mañana... Es una pena que los alumnos sólo se queden con el lado más o menos amable que muestran en clase los pesos pesados del Departamento, y se pierdan cómo son "en la intimidad".
Y por este año se acabó el campo con los alumnos. Ahora, un seminario el próximo jueves y las prácticas de ordenador después de Semana Santa. Y de mi trabajo personal una novedad que ya ampliaré: el próximo fin de semana (bueno, realmente del 19 al 23), volvemos a Tarifa.

10/3/10

El “Huerto” de Levante (y II)

El domingo por la mañana lloviznaba ligeramente, pero ya no había el molesto viento del día anterior. Finalmente hasta la llovizna fue desapareciendo con lo que quedó un día muy chulo en el que pudimos disfrutar por fin del pajareo.
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Volvimos a El Hondo, y ahora sí los bichos se portaron: además de las acuáticas “habituales” (como las avocetas de la foto) en cantidad, quedaba una curiosa mezcla de pajarillos invernantes y estivales: torcecuellos y pechiazules, bisbitas alpinos y lavanderas boyeras, todas las golondrinas de la lista española, vencejos pálidos y reales… Y, de nuevo para nuestra desgracia, uno de los objetivos que determinaron que parásemos en la zona, apareció (volando primero, posada luego) donde el viento da la vuelta, a la distancia justa más allá de la cual sería inidentificable como ser vivo… Se trataba de un águila moteada Aquila clanga; una de las dos de esta especie oriental que invernan este año en la zona.

Del águila no hay fotos; de su comida sí...
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Algo más tarde, Javi pudo tachar de oído y fugazmente de vista otra de las especialidades de la zona, el carricerín real (yo ya lo tenía de Mallorca). Pero el momento álgido del fin de semana vino luego, cuando bordeando el parque por el sur pudimos ver en vuelo de nuevo una de las águilas moteadas, a una distancia más que suficiente para apreciar con el telescopio todos sus detalles característicos…
Y hubiera acabado bien la cosa, si no fuese porque animados por el éxito en El Hondo decidimos volver probar suerte con Martina… Tres infructuosas horas de espera más tarde volvimos a Madrid, convencidos de que le habían podido las hormonas y se había largado ya rumbo al norte, porque no era posible que moviéndose como solía moverse en un área tan pequeña nos la hubiésemos comido… Y pasó lo que tenía que pasar, que ayer nos enteramos de que la han vuelto a ver el lunes exactamente allí… Esto de los pájaros, que es una lotería.

9/3/10

El “Huerto” de Levante (I)

Al igual que en el último viaje que hicimos a Cantabria, el viernes decidió Javi que había que irse a ver bichos y de la noche a la mañana yo y mi personalidad arrolladora nos dejamos arrastrar… Salimos el sábado temprano camino de Murcia, a intentar ver el famoso martín gigante americano Megaceryle alcyon que ya tantos habían visto allí antes que nosotros; los últimos el jueves pasado… Se suponía que aquello iba a ser coser y cantar; el bicho suele tirarse todo el día posado sobre o cerca de una balsa de riego donde pesca, y no había más que llegar, verlo y marcharse a seguir tachando…
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A las cuatro de la tarde, tras tres horas de espera dando vueltas por la zona, aquello ya no parecía tan sencillo... A pesar del viento fuerte y frío que hacía muy desagradable estar fuera del coche aguantamos todavía una hora más, antes de maldecir a todas las rarezas y a Martina en particular y largarnos de allí camino de El Hondo. Más viento, y los bichos desaparecidos; creo que pocas veces he deseado tanto que anochezca para dejar de pajarear y cerrar un día desastroso…
Llegamos a Elche y nos llevamos la única sorpresa agradable del día, que fue descubrir que el hostal donde habíamos reservado habitación estaba muy bien emplazado desde la A-7, era barato y mucho mejor de lo que esperábamos… Recomendable, sin duda. Salimos a cenar y las cosas acabaron de torcerse para el pobre Javi: Buscando un bar donde quedarnos para empezar a ver luego el Madrid-Sevilla entramos en uno donde tuvimos que tragarnos la última media hora del Almería-Barça rodeados de culés enfervorecidos. A Javi se lo llevaban los demonios, pero fue mejor aún cuando al acabar ese partido comprobamos que no tenían intención de cambiar al del Madrid. Pagamos a toda prisa y nos fuimos camino de otro bar, al que llegamos justo cuando el Madrid marcaba en propia puerta :-D Cenando durante la primera parte yo estaba feliz con mis chipirones. Javi, mientras tanto, mordía las uñas más que la comida; y el 0-2 no ayudó para nada… Qué malo es esto del fútbol; yo siempre lo he dicho. Afortunadamente para él, la segunda parte vio cómo daba un vuelco el marcador y con un gol en el tiempo de descuento su equipo del alma pasaba a encabezar la tabla por encima del eterno rival… Como decía el comentarista del Canal 9, fins a la cua, tot és bou.

6/3/10

Docencia, finalmente

Peñalara entre la niebla, desde Boca del Asno
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A estas alturas ya doy por hecho que todos sabéis que sí, que esto de investigar está bien; pero que lo que a mí realmente me tira es la docencia. Por eso, en este cuatrimestre en que se harán efectivas las 60 h que la FPU me permite dar cada año, estoy que doy palmas con las orejas… Se van a ir todas a la asignatura de Zoología Aplicada de Vertebrados Terrestres y, salvo por un par de seminarios, consistirán en colaborar en las conocidas como prácticas del corzo, que un servidor ya hizo en su día…
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La primera parte de la práctica, la divertida, consiste en irse recorriendo la vertiente segoviana de la Sierra buscando grupos fecales de corzo. Cada grupo muestrea un piso diferente de la vegetación (desde los pinares de pino silvestre de arriba hasta los de repoblación del llano, dejando entremedias rebollares y dehesas de encinas), realizando cuatro transectos de 500 m y anotando cuántos grupos fecales detectan, como podéis ver que hacían ayer los dos de mi grupo en la foto de arriba. Además, cada 100 m se rellena un estadillo con datos sobre la vegetación, que permitan después relacionar la mayor o menor abundancia del cérvido con estas variables.

Y así luce un grupo fecal de corzo. El viernes que viene volveremos con otros alumnos a la Sierra, pero en vez de descender del puerto de Navacerrada tiraremos por el de Navafría, algo más al norte. Luego en abril y mayo ya tocarán las largas y tediosas horas de ordenador, analizando los datos obtenidos para ver qué nos cuentan.

Muérdago Viscum album. Sí, como el de Astérix...
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Pero de momento olvidémonos de eso, porque un paseo por estos pinares invita a todo menos al agobio. Aunque los vegetales tiritaban todavía de frío, para los bichos la primavera ya está más que aquí. Todos los pájaros bullían como locos de un lado a otro, apenas visibles entre el follaje pero revelándose al oído atento: Bandos de piquituertos y de verderones serranos; pinzones y zorzales cantando desde sus perchas; los trepadores azules y los picos picapinos metiendo barullo tronco arriba, tronco abajo, el ocasional buitre negro nublando a su paso los claros entre copas… Y los corzos, ladrando de cuando en cuando entre la espesura y dejándose ver también fugazmente... ¡Que viva el guadarramismo!
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Por cierto, que mis planes para el fin de semana han cambiado inesperadamente. El lunes os cuento qué he hecho… y qué me he tachado ;-)

4/3/10

Trasmitiendo virus e ideas

Esta mañana repetí (con más éxito, al menos) el agradable recorrido en metro de ayer por la mañana. Tras agarrar decenas de barras en un vagón y otro, recordé cómo ayer estornudé en un momento cubriéndome con la mano; todo ello mientras me mordía como suelo hacer las pieles de los dedos… La gripe A estaría encantada con mi profilaxis; menos mal que era todo mentira…
Por lo demás, por si no tengo tiempo de contároslo en otro momento y para que podáis ir haciendo planes, podemos vernos el sábado protestando contra el recorte en presupuesto para investigación, o el domingo luchando por la vida de los biólogos y becarios que vendrán...

3/3/10

BatSirin

Acabo de llegar tras perder bonitamente la mañana en el dentista y entregando papeles. Como tendré que volver tanto a una cosa como a otra, me queda el consuelo de saber que habrá que repetir este divertido día al menos otra vez más. Y como ni estoy de humor ni tengo tiempo para mucho más, pues os dejo con lo que tanto deseabais ver: una foto del disfraz de Sirin.
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2/3/10

Érase una vez… Pepe Gotera y Otilio en el laboratorio

Esta es una historia que comenzó hace mucho tiempo… Hace algo más de un año, exactamente. Por aquel entonces pedimos presupuesto para cambiar la instalación eléctrica del laboratorio; básicamente conectar los cables a una línea distinta del edificio y aprovechar para colocar una canaleta con enchufes por toda la pared. Vinieron a ver el tema, nos dieron presupuesto… y aunque pagaba el proyecto y dinero había Gerencia tenía que aprobar las obras; y entre unas cosas y otras no nos dieron el visto bueno hasta este año…
Empezaba bien en tema. En fin; llamamos a los obreros y, tras convencerles de que si revisaban el presupuesto tardaríamos otro año en aprobarlo y vuelta a empezar, aceptaron venir a picar… “La semana que viene os decimos qué día venimos” se prolongó cerca de un mes, hasta que el 28 de enero aparecieron sin avisar diciendo que venían a empezar las obras. Tras el susto inicial, conseguimos de plazo hasta el lunes 1 para que nos diese tiempo de recoger todo el laboratorio y llevárnoslo a otra sala. Entraron el lunes y el miércoles salieron sin acabar, porque se ve que no sabían contar y habían encargado tres o cuatro enchufes menos de los presupuestados. En su camino hacia Madrid dichos enchufes se cruzaron con la última nevada, y han estado dando vueltas por la geografía española hasta la semana pasada, cuando por fin el miércoles (sin avisar, claro) llegaron, los pusieron y se fueron.
Lunes 1 de marzo: Limpiamos todo y colocamos todas las cosas de vuelta en el laboratorio, para descubrir que es imposible enchufar nada en las tomas nuevas, porque tienen una especie de lengüeta de seguridad por dentro imposible de romper. En uno de los intentos entra por fin una clavija, se produce un cortocircuito de los de película, con chispas y todo, y por supuesto se va la luz del laboratorio. Descubrimos unos cables pelados que nuestros queridos electricistas se habían dejado por ahí, y el siguiente capítulo… pues un día de estos.
Pero no pasa nada. La Avenida Complutense se escarcha con la floración de los almendros, los verdecillos mariposean de un árbol a otro y mis trampas para mosquitos están secuestradas en la aduana de Barajas; todo es felicidad…

1/3/10

Hubo serpientes

Como novedad respecto al año pasado, éste la fiesta de cumpleaños exigía además rigurosa etiqueta de disfraz. Nunca me ha gustado disfrazarme, y salí del paso con un disfraz poco complicado como es el de ladrón; que si bien no estaba tan currado como el de éstos, al menos sí era más decente que otros… El problema era que si uno, por estar dentro de casa y hacer calor se quitaba gorro y guantes, dejaba de estar disfrazado; seguramente por eso no gané el concurso de disfraces… Concurso que, por otra parte, hubiera merecido ganar Sirin, encantadora con su traje de batperra.
Una fiesta magnífica y de nuevo una piñata llena de sorpresas, en la que como esperaba hubo, entre otros pequeños peluches adorables, serpientes. La mía sin embargo se quedó por el camino y no puedo enseñárosla hoy… A ver el año que viene. Siguiendo la cadena trófica, supongo que en 2011 de la piñata caerán culebreras