Me las prometía yo muy felices ayer con lo de "camino del norte, aunque este año no llueva"... llovió durante la noche, y al bajar del tren, ante la humedad, el cielo plomizo y el aire fresco que soplaba, ganas me dieron de dar vuelta, de volver a las noches desvelado por el calor. Pero tiene pinta de ser sólo un bache, apenas unas nubes que despejarán a tiempo para el sábado, y de allí en adelante...
Del tren, en este viaje, me quedé con la sorpresa de ver muchos milanos negros "urbanos". No es raro que los milanos entren en las ciudades, en pos de alguna paloma, rata, gato muerto o contenedor abierto; y más de una vez han salido tales lances en este blog. Pero, sin ser raro, tampoco es frecuente, y por eso hoy me llamó la atención ver casualmente (o no) estas aves volando sobre los tejados de casi todas las villas que pasamos. Al paisaje urbano europeo le faltan más aves rapaces; y no me refiero a cernícalos y gavilanes (y algún halcón peregrino más raro) que entren a los gorriones de los parques, sino a especies mayores, especies amantes de la comida fácil, como buitres y milanos. Antes las habría, cuando las ciudades no estaban tan limpias como ahora, igual que las sigue habiendo ahora en África, Asia y América. En Inglaterra parece que vuelve a haberlos, ahora que a la gente (al menos en Reading) le ha dado por poner no sólo semillas para las pequeñas aves, sino también ¡descartes de carnicería para los milanos reales! Y no me importaría que volviese a ser así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario