29/3/14

Una mañana en La Granja

 Ayer echamos la mañana en los jardines de La Granja, en la segunda y supongo última salida de campo que hago con alumnos este curso (¿y en esta Universidad?). Toda esta semana de lluvias y fríos de nuestro lado de la Sierra me hacían temer qué podríamos encontrarnos en la cara norte, pero al final mal que bien el día aguantó sin agua, y no demasiado frío.

 ¡Íbamos ciento y la madre! Seis autobuses, ni más ni menos. Es lo que tiene que la asignatura de Bª Evolutiva sea una troncal obligatoria para todos, y eso que la excursión en sí no lo era...

De todas maneras, los jardines de La Granja son tan grandes que a los cinco minutos, en cuanto la gente se empezó a dispersar, ya era raro cruzarse con alguien; y uno podía entretenerse curioseando en las horriblemente simpáticas fuentes con la sensación de ser el único visitante.

 Las famosas fuentes de La Granja lo son además entre los biólogos porque suelen abundar en ellas los tritones jaspeados Triturus marmoratus, pero me temo que estas ranas de la fuente homónima fueron los únicos herpetos que nos cruzamos en toda la mañana. En todo caso no eran tritones lo que veníamos a buscar, sino pajarillos: la práctica de ayer es la misma que hice yo en su día en 5º de carrera, aunque en otra asignatura. El objetivo de la misma es acumular observaciones de distintas especies de aves forestales alimentándose, para luego con el ordenador comprobar que, aunque carboneros, herrerillos, agateadores y toda la pesca comen más o menos lo mismo, la forma que tienen de repartirse el espacio disponible hace que todas puedan convivir sin estorbarse demasiado.

 Pero la cosa no salió como esperábamos del todo... Cuando fuimos en invierno, en 5º, las aves estaban ocupadas básicamente buscando comida para no morir de frío, y enseguida acumulamos muchas observaciones de las especies que nos interesaban. Pero ahora en "primavera" (o eso dicen...) lo que imperan son las ganas de reproducirse, de ahí que la mayoría de los bichos estuviesen entretenidos o persiguiéndose unos a otros o cantando en lo alto de las copas, lo que en La Granja quiere decir muy arriba... costó pues ir consiguiendo datos, pero entre los poquitos que íbamos digo yo que algo apañaremos, jeje.

 Uno ya va sumando años y el cuello acusa lo de ir mirando constantemente hacia arriba, de modo que más de una y de dos veces acabé entreteniéndome no precisamente con los pájaros. Como no había muchísimas flores en el sotobosque, plantas como las vincas Vinca difformis (creo que es ésa) destacaban bastante. Las vincas son apocináceas, una familia hiperdiversa de flores tropicales de las que en Europa apenas crecen un puñado de especies, incluyendo por ejemplo las adelfas.
En realidad no es justo decir que había pocas flores, sino más bien que había pocas especies, pues flores, lo que se dice flores...

 ... unas cuantas sí había :-) Y os imagináis mi alegría cuando vi que el suelo de La Granja era literalmente un "narcisal"...

¡Pero qué bonitos que son!

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