Aunque ya se hizo público hace unos días, hoy se presenta de forma oficial la golondrina común Hirundo rustica como Ave del Año 2014. No es una especie igual para muchos pajareros con tanto glamour como otras aves del año, pero seguro que al ciudadano medio le dice más cosas que el escribano palustre o el paíño europeo; al menos, saben ya de entrada que existen y que son pájaros. Pájaros de esos todavía comunes, pero ya no abundantes, y que cada vez lo son menos; una de tantas especies ligadas a esa etapa del desarrollo urbano en que no era todo tan masivo e higiénicamente estéril. De las golondrinas guardo muchos recuerdos buenos, supongo que como tantas otras personas, y es imposible no mirarlas con cariño: recuerdos de veranos mirándolas volar sobre la huerta por la ventana de la casa de la aldea, recuerdos de golondrinas cantando a la hora del bocadillo en Monfragüe, mi Arcadia cacereña; recuerdos de golondrinas aferrándose con tesón a los clavos ardiendo del verano en mis estancias de la tesis, soportando las ventoleras de las costas suecas y escocesas, recuerdos de golondrinas delizándose a ras del Manzanares ayer mismo, en un paseo vespertino en buena compañía... recuerdos, en definitiva, que me gustaría poder seguir refrescando cada año.
2 comentarios:
Pues sí, igual no tiene el glamour de otras pero para los de a pie bien nos vale. :)
Oye, y entre las causas de su descenso cuáles encontramos. aunque puedo imaginarme algunas
¡Hola, peatón! :-p Pues te diré: a mayores de los problemas que afectan a todas las aves migradoras e insenctívoras así a bulto (sequías en África, cambios en el clima, plaguicidas...), a las golondrinas, que son casi totalmente dependientes de los asentamientos humanos, les fastidian mucho los pueblos limpios de mosquitos (más veneno, menos ganado...) y sin barro en las calles con el que hacer los nidos. Eso, o que directamente la gente tire los nidos porque manchan el coche en el garaje...
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