Poco tienen ya que ver el cielo y la temperatura de Madrid con los que disfrutábamos a mediados de mes, cuando de manga corta podía uno disfrutar tan tranquilo de las gaviotas del Manzanares. Llegan los fríos, y con el temporal arreciando también en el mar, algo acaba salpicando al interior: en este caso un primer invierno de gaviota enana Hydrocoloeus minutus, nueva adición a la notablemente larga lista de especies de gaviotas de la capital. La gaviota enana cría en lagos del este de Europa y Asia, pero en invierno, con ser la más canija de la familia, tira millas mar adentro y lo pasa en alta mar, salvo que las condiciones obliguen a acercarse a costa. Yo la he visto dos veces: las dos en Suecia, en cada una de mis estancias allí, y las dos en el mismo sitio, en Krankesjön: un adulto en 2009 y una como la que tenemos ahora de visita en 2010. Cachis la mar, que no creo que le dé por alargar la visita hasta que me dé tiempo de ir a verla el fin de semana... dichoso laboratorio. Habrá que pensar en ir subiendo al norte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario