Como
tantas otras aldeas, Vilar de Barrio multiplica su población en verano, cuando
vuelven a la casa familiar los que en su día marcharon buscando trabajo a las
dos capitales: Ourense y Madrid, o a Bilbao; ellos o sus descendientes. Se
llenan las plazas del centro con las terrazas de los bares, se llenan las
calles durante la procesión de San Fiz (este año una comitiva nupcial quedó atrapada
sin remedio entre los procesionantes)…
… y se
llenan los salones de las casas, claro, porque toda esa gente quiere comer. Y hay
que recurrir a parchear, sacrificando la elegancia de la homogeneidad en favor
de lo práctico: mesas y sillas, manteles, platos, vasos y cubiertos; cada uno
de su padre y de su madre.
De su
padre y de su madre, como los invitados: faltan hermanos, pero se completa con
primos de fuera, aunque tampoco todos; y cuñadas, y otras con vínculos formales
tan tenues que ni nombre reciben… ¿Y el año que viene? Pues ya Dios dirá.
4 comentarios:
Cómo te gusta el café!!! Qué maravilla de encuentro, a dsfrutar!
Anda!! llevaba dias sin pasarme por aquí!
Pensé que irías más adelante para VDB pero veo que ya llevas unos días
No sé hasta cuando estarás pero igual es complicado coincidir de esta vez... tengo bte curro y dp se va el colega de vacaciones. Y n agosto me quedé sin nada al final :/
Bueno, a ver
Disfruta!
Felicidades Antón por el reencuentro de familiares y amigos, espero que pases unas felices vacaciones.
Jeje, gracias a los tres por saludar :-)
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