4/8/15

Los vencejos invisibles

A la vista de las fuentes tan peregrinas de las que saco inspiración para escribir sobre naturaleza durante las largas semanas de “normalidad” en Madrid (ejem), podríais tal vez esperar que, ya que paso ahora un par de semanas en la aldea, las entradas de trasfondo natural se multiplicasen y acreciesen en interés. Y debería ser así, supongo, pero me da que, una vez instalado aquí, lo que en Madrid sería raro aquí se vuelve… normal; y me cuesta encontrar algo que me motive. Por no hablar del abotargamiento que me suele invadir en estas fechas…

Menos mal que vinieron los vencejos a salvarme, como tienen por costumbre. Os decía antes de subir que contaba con ver aún vencejos, pero realmente éstos se han marchado de aquí también, y los pocos migrantes que se dejan ver van claramente lanzados camino de África. Pero fuimos ayer a Verín a solucionar unos asuntos, y sí se dejaron ver unos cuantos por las calles del centro, y persiguiéndose en carrusel en la Plaza Mayor. El color, el reclamo, el batir de alas “distinto”; no hizo falta mucho para identificaros como vencejos pálidos, el vencejo “invisible”, invisible porque durante décadas se mantuvo oculto a los ojos de los pajareros al norte de Andalucía o alejados de la costa mediterránea, diluido entre hordas de vencejos comunes. Pero gracias a Internet y a los foros, gracias a que alguien animó a otros a comprobar dos veces esos vencejos que se veían "pasados de fecha" (los pálidos suelen criar dos nidadas a año en vez de una, y por eso llegan antes y se van más tarde que los comunes) empezó a fijarse la gente, y los vencejos pálidos de repente se hicieron corpóreos: Extremadura, Madrid, Zaragoza… de repente resultó que los había en buena parte del interior peninsular. Y por la costa “comenzaron a ascender” también desde el sur: enterado por Internet de su localización, en el Náutico de Vigo me los taché el 2 de julio de 2006, tras liar a mi hermana mayor para que me llevase desde Orense. Y parece que por Verín andan también, vaya vaya… lo que hace fijarse.

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