17/8/15

Interludio costero, y III

Los eucaliptos llegan hasta la orilla. Los paisajes de Tasmania son espectaculares...
 Si bien las excursiones costeras del sábado y domingo pasados llegaron de improvisto, la del lunes, a ver a Raúl (y de paso dar una vuelta en el barquito), llevaba apalabrada como quien dice desde diciembre.

Raúl, puro estilo. No sé a qué personaje de éxito me recuerda...
 No habíamos planeado mucho qué hacer, y terminamos dando vueltas de una forma un tanto errática por el fondo de la ría buscando sin éxito delfines, invitando a tres caballas a que se viniesen con nosotros a casa y, después de desembarcar brevemente para comer, buceando un rato.

El que esto escribe, jugando a que sabe bucear
Y ¡dichosa cabeza, la mía! Para una vez en que, gracias a los neoprenos de Raúl, iba a poder disfrutar del buceo sin preocuparme por la temperatura, ¡voy y me dejo en Madrid las gafas de bucear graduadas! Ya podrían estar en mi armario tan a gusto, ya, mientras bajo el agua yo debía contentarme con intentar distinguir a duras penas pintos de sargos, mientras rezaba para no apoyar inadvertidamente las manos sobre un erizo... 

Con todo y con eso, ciertamente el día con Raúl fue el plato fuerte de estas casi tres semanas de vacaciones. Toca volver hoy a la capital, a cambiar la lluvia por el sol, el frío de estos últimos días en la aldea por volver a dormir destapado, las calles llenas de Vilar de Barrio durante el verano por las calles vacías de Madrid por el verano también. Aunque en una semana vuelvo a hacer las maletas, que ¡nos vamos de congreso a Badajoz!

2 comentarios:

juanbrigu@hotmail.com dijo...

Me alegra ver que disfrutas del verano y me parece genial que lo compartas con el resto de la humanidad.

Te deseo un feliz regreso y ya nos veremos......seguro.

Saludos.

Antón Pérez dijo...

Regresado he, así que seguro que sí nos veremos pronto.
Un saludo, y gracias por pasarte.