¡Pues ya terminó el décimo congreso de la European Ornithologist Union! Cinco días de ciencia y vida social en Badajoz; en una Extremadura que, a pesar de ser verano, no se portó demasiado mal con los congresistas nórdicos de piel lechosa en lo que al sol se refiere.
Un congreso de alto copete, inaugurado primero por las autoridades pertinentes, Presidente de la Junta de Extremadura incluido, a las que se les agradece que se esforzasen por hablar en inglés (o en algo vagamente similar) en deferencia a la gran mayoría de extranjeros que había entre los casi 500 congresistas. Y después de ellos, Javier Pérez Tris, presentando en buena medida resultados de mi tesis. Se agradece mucho la publicidad, a pesar de la vergüenza de ver mi cara en las diapositivas una y otra vez, jeje...
Mi charla por lo demás... bueno, pasó, sin pena ni gloria según lo veo yo. Eran unos datos difíciles de interpretar, y creo que los que vinieron a escucharme se fueron para casa con una mera colección de vaguedades en la cabeza, contadas además en un inglés la mar de titubeante. Pero contada quedó el martes, y pude luego disfrutar relajadamente del congreso.
Incluyendo el miércoles el día de la excursión del congreso. De las diversas opciones disponibles, me quedé con la que recorría una zona de cortados y dehesas del entorno de La Roca de la Sierra, no muy lejos de Badajoz. Estuvo la cosa bastante poco animada, hasta que terminamos en una charca donde sí había ya un buen número y variedad de limícolas en paso.
Y a orillas de esa misma charca, lo que más me llamó la atención del viaje: ver la vegetación de la orilla totalmente recubierta por una alfombra de Cuscuta, planta que nunca había visto crecer con tal profusión... es lo que tiene ser "autóctono": que mientras los extranjeros miran buitres y rabilargos, uno tiene que buscar otro tipo de novedades biológicas.
No me avergüenza decir que disfrute muchísimo más con la visita guiada por el casco histórico de Badajoz disponible para los congresistas aquella misma tarde: las dos horas en que hicimos el recorrido entre la Puerta de Palmas y la Alcazaba fueron una delicia, gracias al mejor guía turístico que he visto nunca: Carlos, si de casualidad llegas a leer esto, enhorabuena.
Y tras la visita turística, por la noche, todavía nos reservaba el Ayuntamiento una sorpresa en la Plaza Alta: un espectáculo de luces proyectadas sobre las fachadas de la plaza, acompañadas de música y cantos de aves. La verdad es que los responsables de turismo de la ciudad y la región se volcaron en agradar a los congresistas...
... ellos y, por encima de todo, los organizadores del congreso: los amigos de la Facultad de Ciencias de la UNEX, con Alfonso Marzal a la cabeza, que se preocuparon por cuidar cada detalle, por mínimo que fuese. La cena de clausura del jueves por la tarde en el jardín del MEIAC, donde el virtuoso del violín de la izquierda cosechó aplauso tras aplauso, fue sólo uno de los muchos mimos con que nos prodigaron.
El grupo complutense, sector juvenil, al completo; aunque varios antiguos miembros del Alma Mater que ahora están dispersos por el mundo adelante, haciendo sus másteres os sus tesis, estaban también presentes en el congreso. Un congreso donde disfruté mucho con la calidad y originalidad de las novedades científicas presentadas. Y con las otras actividades, y sobre todo con la buena compañía. Ojalá fuesen todos así.
2 comentarios:
Me alegro de que fuera bien el congreso y que disfrutases.
Ah, yo a la izqda de la foto solo veo un virtuoso del jamón. Que vamos, yo feliz xD
Hoy es 29... tengo algo pdte creo :/
¡Y no veas lo bien que manejaba el arco...!
Publicar un comentario