20/7/14

Vencejos y gaviones

El día se ha levantado hoy muy pintón, con el cielo despejado y lozano. Sin embargo y pese a la hora, hace relativamente fresco. Y es que ayer estuvo muy feo, y tendremos que remontar esta semana que entra: un día de muchas nubes, viento y alguna llovizna casi imperceptible. El efecto más notable de este bache meteorológico es el de que ha barrido casi por completo los vencejos del cielo de Madrid, mal que me pese. En época de cría, cuando vienen varios días malos, los vencejos pueden marcharse buscando el sol mientras dura el mal tiempo; e incluso si tienen pollos estos entran en un estado letárgico y aguantan sin comer hasta que vuelven sus padres. Pero a estas alturas del partido, yo creo que ya no vuelven...: el 18 de julio de 2014 se marcharon los vencejos de Madrid, pues. Quedan, quedan algunos: parejas algo retrasadas en la cría de sus pollos, y pájaros más norteños que se dejarán ver en migración hacia el sur durante un par de meses más. Pero los grandes bandos gritones, ésos, no volverán... hasta el año que viene. 
Hasta octubre se dejarán ver al menos sus hermanos los vencejos pálidos, mucho más escasos y discretos: dando vueltas entre los edificios de Cuatro Caminos, metiéndose a toda prisa en su nido bajo algún alero de La Latina o descendiendo a robarle un sorbo al Manzanares. Y ahí espero verlos cuando vuelvan las gaviotas a Madrid, que no deberían tardar ya. Ayer de hecho eché más en falta a las gaviotas que a los vencejos... a los vencejos que les den, ¡que se marchen a África, a vivir en un verano perpetuo, dejando el cielo huérfano de vida! Que se vayan con viento fresco; con el viento que ayer se los llevó de Madrid. Yo lo que tengo ganas de ver ahora es un gavión...

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