Por un error con las carpetas, me encuentro con que el ordenador desde el que os escribo no es el mismo donde tengo guardadas las fotos de este fin de semana. Pero eran pocas y malas, así que prometo hacer una actualización en condiciones cuando mis compañeros (ejem ejem) me pasen las suyas...
Falta me hacen, pues el monte estaba tan bonito que me no me salen las palabras: no cabía ni una flor más. Y además hizo sol, que no las tenía yo todas conmigo. Y vimos casi todo lo que mis compañeros querían ver, así que genial. Lo de "lo que querían ver" lo digo porque a veces la gente que va con uno se pone a pedir cosas que quieren ver como si uno fuera el genio de la lámpara; pero por suerte en Monfragüe hay casi de todo, y si las peticiones son facilitas (escorpiones, alimoches...) es sencillo quedar bien con todos (con casi todos, ¡dichosa ranita de san Antón...! Lo siento, Ser :-/). Pero eso, cuando tenga fotos os cuento cuál fue la segunda mejor observación del fin de semana. Porque la primera claramente fueron las culebrillas de que hablaba ayer; y a esa primera me llevó la tercera: pues fue precisamente "persiguiendo" hasta el árbol donde se escondía la primera curruca mirlona que veo en Monfragüe como descubrí las piedras bajo la que estaban las culebrillas... en fin, demasiadas cosas y demasiada poca inspiración; lo mejor será que me acompañéis la próxima vez...
2 comentarios:
Sí, sí, totalmente de acuerdo; si me propones un buen precio yo te paso las fotos que quieras ;)
Qué tío... les invito a desayunar a él y a su santa ¡y todavía me pide más dinero! Endever...
Creo que lo que haré será enlazar directamente tu blog; que eso me sale gratis :-P
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