17/4/13

La hidra de Ojén

A mitad de camino de la pista forestal que une Facinas con Los Barrios, en el P. Nat. de Los Alcornocales, se abre un claro herboso, donde salen a veces a pacer los corzos moriscos y se escabullen las serpientes peludas, abandonando por un momento el refugio del monte. Allí está también la "venta de Ojén": una edificación baja con un emparrado raquítico y a veces un par de perros astrosos, que cuando vamos a anillar nunca sabemos muy bien si alberga o no a alguien en su interior. JPT jura y perjura que sí, que a pesar de lo desolado del sitio allí hay un ventero; y que en tiempos de su tesis pararon a comer allí un día de especial trajín en el campo, por no bajar hasta Facinas. El hombre les ofreció el "plato del día" (plato único, más bien": un riquísimo pollo campero. Tal "pollo campero" resultó ser un plato de pescuezos duros imposibles de tragar; y ahí se originó la leyenda del pollo-hidra de Ojén, al que cuantas más veces descabezan más cuellos le salen, supliendo de mal alimento al anillador que acierta a parar allí...

Qué ganas tengo de volver a Tarifa.

2 comentarios:

Sergio de Carabias dijo...

Buenísima la leyenda que habéis creado!!! Creo que, incluso, podríais vendérsela a buen precio a Hollywood ;)
Antón, ya que lo de Monfragüe está apalabrado y fijado ¿para cuándo Tarifa y, lo que más me llama la anteción, el Parque de los Alcornocales con visita incluida a los famosos dominios del pollo-hidra?

Antón Pérez dijo...

¿¿Por Tarifa me preguntas, después de haberos invitado cien veces a venir en mayo?? :-p