Alguna vez de esas en que echo la mente a pacer, me ha dado por pensar qué contenidos tendrán en el futuro los libros de texto. Materias como las Matemáticas o los idiomas no deberían cambiar mucho; pero otras con base histórica, como Filosofía, Historia o Literatura, tendrán que ajustarse de alguna manera: el curso seguirá durando unos nueve meses, y no va a dar tiempo a todo...
Dejando a un lado los hechos puramente históricos, creo que es Literatura la que puede tener más problemas, principalmente porque con lo fácil que es ahora escribir y comunicarse, el número de autores (es sólo una impresión sin datos numéricos detrás; pero me atrevería a decir que es casi evidente) en relación al de la "gente" ha crecido meteóricamente en las últimas décadas; y de tantos, alguno habrá que sea bueno y todo. Siempre es más fácil no tener que pensar mucho, y si hace cincuenta años los autores medievales y modernos que merecían la pena ser estudiados estaban meridianamente claros, pues no parece que haya que tocar nada ahora. Pero no envidio a los que tengan que juzgar cuáles de nuestros autores actuales acompañarán a las generaciones futuras en su formación y cuáles quedarán a la espera de ser descubiertos en bibliotecas y suplementos culturales.
Muy mal nos tendrían que ir las cosas a la mayoría de los que nos dejamos caer por este blog para no poder buscar respuesta a esta pregunta dentro de cincuenta o sesenta años... Justificando ahora el título de la entrada, yo creo que, ahora que nadie (con perdón) lee a los poetas, serán los cantantes los que tomen el relevo de los mismos en los libros de texto. Y será por letristas... Dicho queda; a la vuelta de los años, os invito a comprobar si Sabina entra en la Selectividad de vuestros nietos.
Dejando a un lado los hechos puramente históricos, creo que es Literatura la que puede tener más problemas, principalmente porque con lo fácil que es ahora escribir y comunicarse, el número de autores (es sólo una impresión sin datos numéricos detrás; pero me atrevería a decir que es casi evidente) en relación al de la "gente" ha crecido meteóricamente en las últimas décadas; y de tantos, alguno habrá que sea bueno y todo. Siempre es más fácil no tener que pensar mucho, y si hace cincuenta años los autores medievales y modernos que merecían la pena ser estudiados estaban meridianamente claros, pues no parece que haya que tocar nada ahora. Pero no envidio a los que tengan que juzgar cuáles de nuestros autores actuales acompañarán a las generaciones futuras en su formación y cuáles quedarán a la espera de ser descubiertos en bibliotecas y suplementos culturales.
Muy mal nos tendrían que ir las cosas a la mayoría de los que nos dejamos caer por este blog para no poder buscar respuesta a esta pregunta dentro de cincuenta o sesenta años... Justificando ahora el título de la entrada, yo creo que, ahora que nadie (con perdón) lee a los poetas, serán los cantantes los que tomen el relevo de los mismos en los libros de texto. Y será por letristas... Dicho queda; a la vuelta de los años, os invito a comprobar si Sabina entra en la Selectividad de vuestros nietos.
1 comentario:
Muy buena reflexión Antón, la verdad es que nunca lo había pensado...
De todas maneras estoy seguro de que aun dudando que Sabina pueda estar entre lo mejor desde luego está bastate lejos de lo peor en el mundo actual de la música
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