8/2/08

Yemas (hilando temas)

Típico comentario gracioso-enteradillo de un viernes de Cuaresma cualquiera:
- “Sí, sí, menuda hipocresía; como no se puede comer carne, nos hinchamos a marisco...”

Típica respuesta que suelo dar:
- “Ya me gustaría a mí poder hincharme a marisco...”

No me voy a extender ahora en explicar el sentido de la Cuaresma y de la penitencia para un cristiano; tal vez otro día. Sólo, a modo de “briconsejo” para los que opten por decir no a la carne y no les guste tampoco el pescado, recomendar ensalada, macarrones, o un par de huevos con arroz o con patatas (o su variante collage, la tortilla). A mí los huevos fritos me vuelven loco; lo que más me gusta hacer es comerme antes toda la clara y luego, con cuidado para que no se rompa, meterme la yema entera en la boca, morderla y sentir cómo se libera todo el líquido de golpe, con su sabor casi dulce, como de caramelo... Mmmmm...
Enlazando con esto, me ha llamado la atención ver cómo a muchos pájaros parecen gustarles las inconspicuas yemas de donde brotan las flores de los olmos de Siberia Ulmus pumila (una especie invasora muy frecuente en descampados y cunetas de Madrid). Aunque parecen diseñadas para la polinización anemófila, digo yo que algo de néctar deben de tener, porque se ven abejas zumbando en torno a ellas; y gorriones, palomas y cotorras no dejan una.
Y hablando de florecillas: ayer, de nuevo en Donoso Cortes, primeros capullos de ciruelo rojo Prunus cerasifera; 15 días antes que el año pasado...

1 comentario:

Vero dijo...

¡Hola gémulo!
Me ha gustado mucho esta entrada y su foto introductoria, jeje!
Nunca te canses de escribirnos sobre pájaros.
Beso