10/2/08

El lado oscuro de la lengua

¡Madre del Amor Hermoso! ¡Tanto decir “de esta agua no beberé”, y resulta que me estoy convirtiendo en uno de ellos…!
Durante esta semana se me han escapado involuntariamente varios eh que; tímidamente pronunciados, eso sí, de forma que apenas se notaba la glotalización de la –s implosiva, pero mucho me temo que de eso a cambiarla por una inequívoca fricativa velar sorda sólo hay un paso…
¿Y cuánto tardaré luego en cruzar la última frontera? ¿Cuánto tardaré en volverme un lalaicista…?

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