31/3/14

Queridas golondrinas

Aunque ya se hizo público hace unos días, hoy se presenta de forma oficial la golondrina común Hirundo rustica como Ave del Año 2014. No es una especie igual para muchos pajareros con tanto glamour como otras aves del año, pero seguro que al ciudadano medio le dice más cosas que el escribano palustre o el paíño europeo; al menos, saben ya de entrada que existen y que son pájaros. Pájaros de esos todavía comunes, pero ya no abundantes, y que cada vez lo son menos; una de tantas especies ligadas a esa etapa del desarrollo urbano en que no era todo tan masivo e higiénicamente estéril. De las golondrinas guardo muchos recuerdos buenos, supongo que como tantas otras personas, y es imposible no mirarlas con cariño: recuerdos de veranos mirándolas volar sobre la huerta por la ventana de la casa de la aldea, recuerdos de golondrinas cantando a la hora del bocadillo en Monfragüe, mi Arcadia cacereña; recuerdos de golondrinas aferrándose con tesón a los clavos ardiendo del verano en mis estancias de la tesis, soportando las ventoleras de las costas suecas y escocesas, recuerdos de golondrinas delizándose a ras del Manzanares ayer mismo, en un paseo vespertino en buena compañía... recuerdos, en definitiva, que me gustaría poder seguir refrescando cada año.

29/3/14

Una mañana en La Granja

 Ayer echamos la mañana en los jardines de La Granja, en la segunda y supongo última salida de campo que hago con alumnos este curso (¿y en esta Universidad?). Toda esta semana de lluvias y fríos de nuestro lado de la Sierra me hacían temer qué podríamos encontrarnos en la cara norte, pero al final mal que bien el día aguantó sin agua, y no demasiado frío.

 ¡Íbamos ciento y la madre! Seis autobuses, ni más ni menos. Es lo que tiene que la asignatura de Bª Evolutiva sea una troncal obligatoria para todos, y eso que la excursión en sí no lo era...

De todas maneras, los jardines de La Granja son tan grandes que a los cinco minutos, en cuanto la gente se empezó a dispersar, ya era raro cruzarse con alguien; y uno podía entretenerse curioseando en las horriblemente simpáticas fuentes con la sensación de ser el único visitante.

 Las famosas fuentes de La Granja lo son además entre los biólogos porque suelen abundar en ellas los tritones jaspeados Triturus marmoratus, pero me temo que estas ranas de la fuente homónima fueron los únicos herpetos que nos cruzamos en toda la mañana. En todo caso no eran tritones lo que veníamos a buscar, sino pajarillos: la práctica de ayer es la misma que hice yo en su día en 5º de carrera, aunque en otra asignatura. El objetivo de la misma es acumular observaciones de distintas especies de aves forestales alimentándose, para luego con el ordenador comprobar que, aunque carboneros, herrerillos, agateadores y toda la pesca comen más o menos lo mismo, la forma que tienen de repartirse el espacio disponible hace que todas puedan convivir sin estorbarse demasiado.

 Pero la cosa no salió como esperábamos del todo... Cuando fuimos en invierno, en 5º, las aves estaban ocupadas básicamente buscando comida para no morir de frío, y enseguida acumulamos muchas observaciones de las especies que nos interesaban. Pero ahora en "primavera" (o eso dicen...) lo que imperan son las ganas de reproducirse, de ahí que la mayoría de los bichos estuviesen entretenidos o persiguiéndose unos a otros o cantando en lo alto de las copas, lo que en La Granja quiere decir muy arriba... costó pues ir consiguiendo datos, pero entre los poquitos que íbamos digo yo que algo apañaremos, jeje.

 Uno ya va sumando años y el cuello acusa lo de ir mirando constantemente hacia arriba, de modo que más de una y de dos veces acabé entreteniéndome no precisamente con los pájaros. Como no había muchísimas flores en el sotobosque, plantas como las vincas Vinca difformis (creo que es ésa) destacaban bastante. Las vincas son apocináceas, una familia hiperdiversa de flores tropicales de las que en Europa apenas crecen un puñado de especies, incluyendo por ejemplo las adelfas.
En realidad no es justo decir que había pocas flores, sino más bien que había pocas especies, pues flores, lo que se dice flores...

 ... unas cuantas sí había :-) Y os imagináis mi alegría cuando vi que el suelo de La Granja era literalmente un "narcisal"...

¡Pero qué bonitos que son!

28/3/14

Irrealidad

Os supongo ya enterados por la prensa (sea del signo que sea, pues parece que en todas partes se ha mencionado más o menos igual) de las algaradas que ha habido estos dos últimos días en Ciudad Universitaria. Aunque el día para nosotros más pesado fue ayer (se habían quedado unos cuantos a dormir en la Facultad y la liaron un poco por la mañana cuando la gente quiso empezar a entrar), los jaleos importantes ya sabéis que tuvieron lugar el miércoles. Después de que detuvieran a los que llevaban unos días atrincherados en el Vicerrectorado de Estudiantes a primera hora de la mañana, por la tarde se convocó de wasap en wasap una concentración-protesta-loquesea junto al metro. Y eso fue lo que nos encontramos al salir de la Facultad a las siete... aunque, la verdad, llegué a casa con la sensación de que había visto una obra de teatro: junto al metro como digo, bloqueando la calzada, pero no las aceras; habría como unos trescientos chavales. Y a unos cuantos estadios, los antidisturbios en la rotonda, en formación, con los escudos y las escopetas de pistolas preparados. Quietos los unos y quietos los otros, mirándose; coreando desganados un par de frases los primeros y comentándose la jugada unos a otros los segundos. Y por las aceras a su lado, nosotros, el resto del mundo: estudiantes camino de Moncloa, gente que sale a correr, señores con el perro... chavales sacándose con los móviles fotos con los furgones de fondo, como quien se fotografía con los granaderos en Londres... de ahí la sensación de irrealidad, de performance mal entendida. Aunque no sé quiénes de todos los presentes estaríamos en realidad más lejos de tener los pies en el suelo.

27/3/14

"¿Y qué dices que pasa con la collalba?"

Una parejita, hace ya mucho...
¿Con las collalbas grises Oenanthe oenanthe? ¿Que por qué dije ayer que las dejaba para otra entrada, preguntáis (y aunque no lo preguntéis, me da igual, jeje)? Pues porque no son sólo una de las pocas especies que participa en el intercambio intercontinental beringiano (IIB, para los amiguetes), sino la única que ha dado el salto además por el otro lado, pasando de Europa al este americano. En Norteamérica la verdad es que es una especie relativamente bien distribuida en época de cría en las regiones árticas, pero de ahí no baja: llegado el otoño salta el mar, camino de África. Y así, cruzan el Atlántico para, bajando por las islas Británicas y la Península, llegar al oeste de África... y cruzan, lo que es más sorprendente, el estrecho de Bering no para luego descender a las latitudes tropicales asiáticas como las especies que vimos ayer, no; sino para irse hasta África también, dando lo que en términos biológicos se conoce como una vuelta de *******.
Y en España, donde son avecillas bastante frecuentes tanto en prados de alta montaña como en parameras achicharradas por el sol, ya las tenemos de vuelta. Yo me las taché ya de mayorcito, como quien dice; hace casi ocho años, durante la excursión de Artrópodos de 4º de carrera a tierras sanabresas. Y vosotros, ¿la tenéis ya en vuestro 'haber'?

26/3/14

Cabezas de puente

Las rutas migratorias de las aves siguen a grandes rasgos unas cuantas líneas definidas por los principales accidentes geográficos: básicamente hay aves que migran entre Europa y África (pasando o por España o por Oriente Próximo según les quede más a mano), entre Asia central y la India y entre el Extremo Oriente y el SE asiático y Oceanía. Y entre Norte y Sudamérica. Pero a medida que se fue afianzando en mí el vicio de comprar guías de naturaleza de regiones que probablemente nunca visite (oye...otros se drogan, a mi dejadme en paz), fui descubriendo algún que otro caso curioso. Por ejemplo, cuando me compré la guía de aves de Norteamérica descubrí con deleite (además de que, al igual que aquí son rareza muchas aves americanas, hay unas cuantas aves europeas que también lo son al otro lado del charco, aunque el balance nos sale a pagar...) que unas cuantas especies euroasiáticas se "pasaban de frenada" y, tras cruzar el estrecho de Bering, criaban tan contentas en Alaska; pero cruzando de nuevo el mar en otoño para ir a invernar al SE asiático con sus congéneres "normales", de modo que no terminan de integrarse en la fauna americana. Aunque en conjunto representan un porcentaje ínfimo, no dejan de ser unas cuantas, algunas bien conocidas incluso en nuestro país: la gaviota de Kamchatka Larus schistisagus, las lavanderas blanca (con dos subespecies muy diferentes: Motacilla alba lugens y ocularis) y boyera oriental M. tschutschensis, el bisbita gorguirrojo Anthus cervinus, el mosquitero boreal Phylloscopus borealis y el ruiseñor pechiazul Luscinia svecica. Y la collalba gris Oenanthe oenanthe; pero de esa prefiero hablar en otro momento... 
Lo que me gustó incluso más fue, al comprarme esta otra guía, descubrir que había un par de especies que habían dado el salto desde el otro lado; especies a las que cuando les entra el ansia migratoria lo que les tira es volverse a América: el chingolo sabanero Passerculus sandwichensis, uno de los "gorriones" americanos (un grupo muy diversificado de escribanos en realidad), y el pinzón montano nuquigrís Leucosticte teprhocotis. En realidad no sé si lo que más gracia me hizo fue ver que el patrón se repetía al otro lado del estrecho, que sólo fuesen dos las especies implicadas (una y media si me apuráis, ya que el pinzón sólo llega hasta las islas del Comandante, el extremo mas occidental de las Aleutianas), o que -gaviota aparte- los colonizadores fuesen todos insectívoros en un sentido y granívoros en el otro... en fin; ¡bendita naturaleza, uno nunca consigue ni aburrirse ni dejar de darle al coco...!

24/3/14

Una foto de la Albufera...

 Es una foto de la Albufera de Valencia. Y es mía. Lo malo es que es de, ¡ay!, hace casi seis años; y no de este fin de semana... ¿Y por qué me hubiera gustado haber estado allí este fin de semana? Pues por la sencilla razón de que el viernes por la tarde un pajarero local encontró el primer ejemplar que se cita en España de una de mis gaviotas favoritas, si no la que más: un ejemplar de primer invierno de gavión cabecinegro Ichthyaetus ichthyaetus. Si os preguntáis por qué se llama así, y por qué me gusta tanto, no tenéis más que echarle un ojo a cómo lucen los adultos...
Esta especie de gaviota pasa normalmente el invierno en aguas de península Arábiga y de la India y cría en los lagos y mares interiores de Asia central, estando sus colonias más cercanas en la famosísima estos días Crimea. Vamos, no demasiado lejos para una gaviota, así que ya tocaba que se dejase caer alguna vez por aquí; aunque ésta no es ni de lejos una de las que se vea mucho fuera de sus áreas de distribución habituales. A ver si al bichejo de la foto le da por quedarse una temporadita larga; o mejor aún, por seguir volviendo cada año, cuando ya sea un bicho de categoría. Entonces no me importaría pasarme a visitar la Albufera una segunda vez...

(Foto de Menchu, una compañera de aquella época)

... sirva esta entrada también como homenaje a Luis Balaguer, profesor de aquella asignatura de Restauración con la que viajamos a Valencia y uno de los docentes más queridos por los alumnos de la Facultad, al que un cáncer se llevó esta pasada semana. Descanse en paz.

23/3/14

Entra un pavo a un bar y...

Una entrada breve para comentar una idea tan simple como aparentemente exitosa: la televisión pública noruega tiene un programa que consiste en retransmitir en directo lo que sucede en un comedero para pájaros decorado como si fuese un bar. La idea ha encantado, y los espectadores le están dando al programa una difusión tremenda a base de comentarlo en twiter y demás plataformas. Podéis verlo un rato si queréis, que está curioso, pero ojo, no me echéis la culpa si os quedáis enganchados...