26/12/15

Las dos torres

 El título os resultará familiar, claro, pero no voy a hablar del libro/película. Película que por cierto volvimos a ver (y disfrutamos mucho) tras nuestra visita a Birmingham, de la que volvimos de un tolkieniano subido; en la grata compañía de los padres (y los gatos) de Andrea. Pero, como decía, no es a ésas dos torres a las que me refiero, sino a las que se ven desde la ventana del salón de casa de mis padres (a la derecha de la foto de hace dos años):

Como os contaba de aquéllas, mucho tiempo echaba yo frente a esta ventana. Leyendo sentado en un sillón la mar de cómodo (y junto al radiador), al igual que ahora cuando voy en el tren, se me iba la vista fuera cada dos por tres, ya fuese porque comenzaban a acumularse un montón de lavanderas sobre el tejado del centro de salud, antes de bajar a dormir a los aligustres de la calle, ya porque pasase una gaviota a la altura de la ventana, ya porque... mil cosas distintas relacionadas con los pájaros, pero nunca la que yo más deseaba: que se posase un halcón peregrino sobre alguno de los dos depósitos de cemento, que a mí se me antojaban una atalaya ideal para tal especie; ideal incluso para criar en ellas, por qué no. Y algún halcón se ha dejado ver de vez en cuando asustando a las palomas, algún alcotán incluso en verano, buscándole las cosquillas a los vencejos, pero no llegaron a ver nunca mis ojos la rapaz en su atalaya. Bueno, ya le tocará a mi sobrina...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En buena compañía, como aquella de la "tierra media", disfrutamos de la vuestra, y en concreto de la tuya.

Esperamos repetir la sesión cuando gustes......aquí estaremos.

Un abrazo.

Antón Pérez dijo...

Se agradece mucho el cumplido... y la invitación, por supuesto =)