¿Funciona una brújula en la Luna? No me lo había preguntado hasta el jueves de la semana pasada... durante una entrevista grupal. Nunca me había tocado hacer una historia de éstas, y la verdad es que resultó bastante entretenida: éramos seis los convocados, y se nos planteó el siguiente escenario: éramos astronautas que por un accidente habíamos tenido que realizar un alunizaje forzoso lejos de nuestra base, a la que debíamos llegar lo antes posible si queríamos sobrevivir. Cada uno habíamos salvado un único objeto (una cuerda, un hornillo, un bote de leche en polvo -el que me tocó a mí-, una brújula, una pistola de señales y una emisora de radio), y debíamos primero defender por qué nuestro objeto era importante, y después decidir entre los seis qué tres únicos objetos podíamos llevarnos. Dicho y hecho, tras hacer las defensas individuales -defender el paquete de leche no fue difícil, ya que era el único alimento disponible- empezó la discusión, y fue gracioso ver cómo todos los otros cuatro hacían piña contra la de la brújula:
- Tu brújula en la Luna no sirve para nada.
- ¿Cómo que no? Cómo vamos a saber llegar a la base si no?
- Que no, que no sirve, que no indica nada.
- Eso, que en la Luna no hay polos.
- ¿Y cómo sabéis eso?
- Porque no, porque no hay...
- Pero... ¿seguro que no hay?
... yo la verdad es que me quedé callado, porque no tenía ni idea de si en la Luna funcionaría o no una brújula. Me dediqué pues a aliarme con el de la cuerda y y la de la emisora de radio, que como contrapartida reconocieron lo importantísimo que era mi alimento, jaja; de modo que salí bastante bien parado del brete. Menos mal que nadie preguntó que con qué íbamos a disolver la leche en polvo... o cómo nos la íbamos a tomar con el casco puesto...
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