25/10/14

El "Dodosaurio"

Nada que ver...
 De entre las noticias de esta semana, me quedo con una que ha salido en las secciones de Ciencia de todos los periódicos: tras varios años reconstruyendo un par de esqueletos en buen estado de conservación y cuyas piezas permitían además completar mutuamente los huecos, este lunes en Nature se publicó la descripción del aspecto completo del Deinocheirus mirificus...

"¡Qué brazos más grandes tienes!"
"Para abrazarte mejor..."
 Deinocheirus. Igual a muchos no os dice nada, pero para el que antes fue el típico niño con la fiebre por los dinosaurios, es un nombre cargado de misterio: esta especie se descubrió en Mongolia en 1965; en concreto lo que se encontraron fueron dos brazos. Dos brazos en muy buen estado de conservación, pero nada más que dos brazos y ni rastro del resto del animal. Dos brazos sin cuerpo y sin cara que ponerle. Y dos brazos que, por lo demás, eran enormes: de dos metros y medio cada uno. Pero, aunque enormes, los brazos tenían una pinta fácilmente reconocible, igual que si uno encuentra una pata puede fácilmente decir si es de vaca o de caballo: eran dos brazos de ornitomimosaurio, un grupo de dinosaurios con hechuras de avestruz (cuellos y patas largos) y estilos de vida seguramente similares, animales hechos para vivir a la carrera, como los reflejados en la escena de la estampida de los Gallimimus de Parque Jurásico. De modo que, del mismo modo que hubieran pintado una vaca gigante, los libros de dinosaurios que quisieron ilustrar un Deinocheirus pintaron simplemente un Gallimimus sobredimensionado.

... y nada que ver tampoco. Todas las imágenes son de la wiki salvo la última, que es del artículo original
¡Pero eso se acabó! Porque, del mismo modo que los dodos, pese a ser palomas gigantes, no se parecían apenas a una paloma normal, cuesta reconocer en el Deinocheirus real a sus parientes de menor tamaño. Pues el Deinocheirus, como el dodo, resultó ser un animal muy grande, rechoncho y de patas fuertes y anchas hechas para tomarse la vida con calma. Y además con el rostro ensanchado en un a modo de pico de pato, algo que, claro está, nadie hubiera podido imaginarse antes. Para que luego se fíe uno de las apariencias...

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