11/8/14

229 palabras / Una imagen

Las 229 palabras de la entrada en que me quejaba del desorden imperante en la huerta, resumidas en una panorámica tomada desde la ventana de la cuadra (que vendría a ser un entresuelo). La verdad es que estas fotos panorámicas, que quedan tan aparentes cuando se ven en la pantalla o enmarcadas, no son la mejor opción para el blog, puesto que no se pueden ver a tamaño real, pero... Bueno, ya lo veis, en cualquier caso: alentadas por la temperaturas suaves, las muchas horas de luz (que no de sol) y la lluvia del verano gallego, aquí cada una de las plantas, a las que la falta de poda ha transformado en unas salvajes, se empeña en una batalla encarnizada (no es una hipérbole: que la pelea sea a velocidad lenta no está reñida con que sea a muerte) con las demás por acaparar todos esos recursos. Por presentároslos un poco, de izquierda a derecha aparece primero un nectarino, nacido en su día de un hueso dejado caer por la ventana. En el hueco por el que se ven más casas en realidad asoman las ramas de un cerezo que apenas resiste ya, y dos camelios que por retacos casi ni asoman. Aparece luego una mêlée de ciruelo y membrillero, varios manzanos y por fin en el otro hueco asoma otro cerezo en segundo plano. Y entremedias, cruzando de un lado a otro y subiendo por donde pueden, varias vides y kiwis... ya veis pues que ni en el Amazonas crecen tantas especies por metro cuadrado. Que se confíen, que cuando herede pienso cambiar todo por un emparrado de glicinas...

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