Al escuchar esta mañana por televisión el Veni creator Spiritus, en la ceremonia de canonización de los santos Juan XXIII y Juan Pablo II, se me fue la cabeza al último acto público en que lo había escuchado: la ceremonia de graduación del año pasado. Y se me fue la cabeza en un batiburrillo de pensamientos en que la Catolicidad (=universalidad) de la Iglesia y la Universidad se fueron entremezclando cada vez más... ¿Cuántos de mis antiguos compañeros, cuántos de los alumnos que he visto después desfilar por las clases en las que he estado, compañeros de doctorado y de departamento, etc; se han ido de la Universidad con algo más que una lista de conocimientos científicos? ¿Qué huella habré dejado cuando me toque irme a mí...? Pre-propósitos pascuales tardíos, que a ver si fructifican en algo bueno.
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