Menos mal que no siempre está igual de oscuro... |
La vista de siempre; se vea más o menos, a estas alturas ya la conocéis. Ayer, entre que acabamos de comer medio tarde y que llovía un poco, nuestro plan inicial de acercarnos a Vilar de Barrio quedó aparcado... mucho mejor ir hoy, dónde va a parar, que sólo diluviaba... Así que no hubo manera de parar a coger castañas; y en casa entramos lo justo para coger unas patatas, mear y dar vuelta.
Sí paramos a rezar un rato en el alto da Corga, que por suerte ya mi madre (al fondo) tenía los deberes de flores y limpieza hechos. Da gusto ver el cementerio en Fieles Difuntos; nada que ver con el verano, cuando se ven más zarzas creciendo sobre las lápidas que flores...
Aunque pasamos prácticamente más tiempo en el coche que fuera de él de tan rápidas que son las visitas, estas miniexcursiones a la aldea se están transformando poco a poco en el momento cumbre de mis fines de semana familiares. Supongo que son muchos los recuerdos que, semiconscientemente, me traen a la memoria; aunque cuando estoy aquí me acuerde básicamente de todos vosotros... Ya mañana nos vemos de vuelta, no sufráis, jaja.
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