Una pitahaya similar a ésta yacía ayer sobre un plato en la mesa de mi salón, dividida en seis pedazos (¡qué difícil es repartir cosas redondas entre cinco...!). Había venido el lunes desde Camboya en la maleta de Raquel (¡gracias!), ya de vuelta junto con Vero del campo de trabajo de este verano; y fue la guinda de nuestra cena de reencuentro... La guinda de la postcena fue sin duda que un montón de pequeñajos camboyanos me felicitaran (más o menos, jeje) en un vídeo; aunque a los pobres parecía que les costaba pronunciar mi nombre :-p
La pitahaya es la típica cosa rara que se ve en las fruterías del Carrefour o de El Corte Inglés, y en la que uno no suele pensar como en algo que se coma. Es un tipo de higo chumbo: el fruto de un cactus de ramas largas semicolgantes que no es raro ver como planta de interior o de jardín en zonas cálidas. Y aunque americano, como todos los cactus, se planta bastante en el sudeste asiático. Los comensales estábamos divididos entre los que te atribuíamos una textura papayosa y los defensores de la textura kíwica; en todo caso, sabor no es que tenga mucho. Pero ea, siempre gusta probar un asunto exótico de éstos...
4 comentarios:
Je, qué lustrosa se ve la de la foto! Y qué bien la información!! Me alegro de que te gustaran los pequeñajos chapurreando tus felicidades!
¿¡Cómo no me iban a gustar?! :-D
La de la foto es más bonita que la de ayer, eso sí te la concedo... pero sabía mejor: a pitahaya y a historia :-)
Pitahaya??? Dragon fruit!!!
Es un cactus, así que los hispanohablantes americanos sabrán mejor que unos camboyanos cualquiera cómo se llama, ¿no? :-p
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