Ayer, rayando la hora nona, comenzó la revisión de exámenes. Los alumnos, circunspectos, del despacho de un profesor al del otro: del que corrige siempre con exactitud levítica (ni una palabra, ni una coma...) al que suele corregir a la baja pero luego abrir algo la mano (aunque aparentemente no ayer)... Tarde de revisión; una procesión de caras largas recorre el pasillo... una tabla flamenca al otro lado de la puerta del despacho.
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