Recuerdo vívamente cómo, en primero de Biología, allá en Santiago, miraba con una cierta admiración (dudo mucho de que los alumnos de primero lo hagan ahora...) a los alumnos de curso superiores que paseaban por la Facultade con sus batas de prácticas puestas: ¡qué mayores me debían de parecer; qué importantes...! De modo que al año siguiente disfrutaba (disfrutábamos) enormemente paseando con las batas puestas por los pasillos en los tiempos muertos de las prácticas de Bioquímica; arrimándome con mi grupito a los alumnos de primero y diciendo en voz alta, para que se nos oyese bien, palabras raras que recién habíamos aprendido: "electroforesis", "cromatografía"... y cosas así. Je; qué vergüenza me da ahora...
... y qué vergüenza; y más que vergüenza risa, me da ver que diez años más tarde sigo con los mismos vicios: me sorprendí a mí mismo el jueves hablando en voz calculadamente alta con Jasper por los pasillos, imaginando que los alumnos allí presentes me mirarían con un puntito más de admiración al reconocerme y escucharme hablar en perfecto inglés... bendito sea Dios, ¡y qué tontos llegamos a ser a veces...! Espero al menos no dejar nunca de darme cuenta.
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