Los domingos, fútbol

No me gusta el fútbol. Por no ser tan tajante, podría decir que, si bien cuando un encuentro es bonito sí resulta entretenido, se me ocurren muchas otras cosas que preferiría hacer antes de sentarme dos horas delante de la tele a ver un partido. Esto dicho, lo que sí que me resbala por completo es todo el tema de aficiones y pasiones por este u otro equipo, selección incluida. En mi fuero interno, y aunque este Mundial no está resultando tan molesto como la Eurocopa de hace dos años, hubiera preferido que eliminasen a España prontito y sin hacer ruido, por evitar los tumultos y escandaleras que se forman tras cada victoria. Llevado de una mínima empatía sí concedo en que prefiero que ganen, si esto alegra a algunos de mis amigos...

Todo este párrafo sólo para introducir que ayer por la noche, tras pasar el día de cumpleaños, nos quedamos varios a ver el partido en casa de Samu; y frente a semejante aburrimiento de partido sí llegué a aliviarme cuando por fin marcó España, ante la perspectiva de tener que aguantar una interminable media hora extra de prórroga... Por lo demás, el día quedó muy bonito tras las tormentas matutinas; y siempre es una alegría coincidir de nuevo con gente maja a la que no ves más que en ocasiones como éstas. Y más alegría aún ver a Sofía otra vez, claro. Muy delgada, pero esto supongo que es consustancial a todas las estancias... Y en un mes, me vuelve a tocar a mí.