Las prisas no son buenas consejeras… Llegué de Barcelona con todas las ganas de ponerme a analizar mis datos con los nuevos programas que había descubierto; con tanto énfasis que he pasado un poco de la “letra pequeña” y claro, pasa lo que pasa…
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Pasa que considero alegremente mi fichero de casi mil haplotipos como un pequeño conjunto de datos, y al intentar correr el programa jModeltest para saber qué modelo evolutivo los explica mejor éste se pone a hacer permutaciones y más permutaciones; y 16 horas y media más tarde (tras pasar toda la noche computando) todavía le faltan por probar 30 de los 88 modelos posibles. Y así ando, con el ordenador a paso de tortuga…
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