Así lucía la cosecha en la galería de mi casa el fin de semana; algo más abundante que la del año pasado, pero sin exagerar... es bueno, eso de no exagerar: que la castaña siga siendo una fruta del tiempo es uno de sus principales atractivos. Si las hubiese todo el año, como las manzanas, seguramente valoraría su agradable sabor dulce igual de poco. Aunque la castaña tiene algo de lo que las aburridas manzanas carecen: una dimensión lúdica. No sólo por la parte festiva que llevan aparejada, sino por el proceso de elaboración (hacer un pequeño corte lo primero, asarlas en el horno, pelarlas luego...), tan "digital" que tiene mucho de manualidad de colegio, de Kinder Sorpresa... sobre todo si vienen con gusano dentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario