13/5/14

Peonías y lagartijas

 ¿No estáis echando este año ninguno en falta mis crónicas sobre cómo les va a los estorninos de Jaime en Soto del Real? ¿No? Hacéis bien, pues no deberíais, jeje; ya que el año pasado os dije que Jaime terminaba con sus muestreos de la tesis, y que no le tocaba volver ya a trajinar con las cajas nido. Lo primero es cierto, pero lo segundo no, pues este año sigue currando en el proyecto. De todas maneras, y aunque a primera vista el bosquete de melojos de la imagen bien pudiera ser el de Soto, no lo es, sino que es la dehesa de La Golondrina, en Navacerrada. Haciendo un receso en la serie de entradas sobre Guara, os cuento que allí pasé el día ayer... ¿haciendo qué?

Pues buscando lagartijas para Álex, como en El Pardo la semana pasada. El matorral de rebrote del rebollar, y la hojarasca que alfombraba todo el suelo, hicieron que coger las lagartijas aquí fuese mucho mas arduo que en el encinar, que es más pinchudo, pero más limpio.

Sin embargo fueron cayendo, poco a poco. Machos tan coloreados como éste, que son frecuentes en El Pardo, no abundan nada por aquí arriba, donde las lagartijas suelen carecer de coloración rojiza en la mandíbula.

En ocasiones sonaba ruido entre las hojas de "lagartija buscando refugio", pero luego de la lagartija ¡ni rastro! Y más de una vez lo que había sucedido es que la lagartija, como esta hembra, buscando escapar se había dedicado a trepar jara arriba.

La nota de color la ponían las peonías Paeonia broteroi, muy notorias en esta época, y cuyo suave aroma las hacía estar solicitadísimas por todos los bichos de la dehesa con gusto por las flores.

Y nada, una foto de despedida, con el masterizando y Dani, otro compañero suyo de máster y antiguo alumno de Vertebrados, que nos echó las dos manos e incluso los dos pies. Todavía nos quedan algunos días de lagartijas y (flores) rosas más, y espero subir también a visitar a los estorninos. Que los melojares tienen siempre mucho tirón...

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