Todos los córvidos tienen su puntito, pero siempre he sentido por las grajas un afecto especial; más incluso que por los endémicos, bullangueros y pintados rabilargos. Esta especie, que es abundante por toda Centroeuropa y establece a menudo sus colonias y dormideros dentro de las ciudades (como en Lund), era frecuente en invierno por los pagos españoles; pero su población invernante se fue reduciendo a lo largo de todo el S. XX y ha terminado por desaparecer. Sin embargo, curiosamente, las grajas crían en el SO de la provincia de León, en unos pocos parques urbanos y choperas situados entre la capital provincial y La Bañeza; constituyendo un núcleo aislado (que sin embargo no es pequeño, pues asciende a unas 2.500 parejas) a cientos de Km de las colonias francesas más cercanas.
El viernes, a la que subíamos al Bierzo, paramos precisamente en La Bañeza; para echarle un ojo a las grajas. Yo las había metido de tapadillo en mi lista española tras habérmela tachado sin ninguna garantía desde el coche en un viaje a Salamanca, allá por 8º de EGB, así que agradecí esta oportunidad de confirmarlas. Estuvimos un buen rato frente a la rookery ("grajera" en inglés; que por extensión ha pasado a denominar cualquier colonia de cría, no sólo de aves, sino también de mamíferos e incluso de tortugas marinas), y disfruté mucho viéndolas pelearse, hacerse arrumacos y llamarse unas a otras con ese gesto tan característico que tienen, inclinándose hacia delante al tiempo que extienden la cola. Disfruté mucho más al poder verlas de manga corta; no como en Normandía, no como en Suecia, no como en Edimburgo... Disfruté mucho en resumen del fin de semana; mil gracias Vero por habernos invitado a subir a tu casa :-)
1 comentario:
De nada!! Gracias a vosotros por venir! ;*
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