Leía el domingo en el boletín de Intermón Oxfam una noticia (resumen aquí) sobre las sequías en el Sahel y el trabajo allí de esta ONG que decía algo en lo que, de tan obvio que es, nunca había pensado: que en cooperación, como en todo, es mejor prevenir que curar. Cuando suenan todas las alarmas y se organizan campañas y telemaratones y demás porque hay XX miles de personas en situación crítica, es porque realmente la situación es crítica; esto es, que por mucho que de repente se empiece a hacer la gente ya está muriendo a patadas. Por eso lo importante es leer los signos y actuar antes; aunque "antes", como todavía "no pasa nada", ni hay ruido ni se despiertan las conciencias. También hablaba el artículo de que muchas veces, en estas situaciones críticas, la ayuda directa en bienes (comida, ropa...) es pan para hoy y hambre para mañana, porque elimina lo poco que pueda quedar de clase media al hundir el mercado inundándolo de productos regalados; y a la larga lo que hace es agravar el problema. Por eso otra de sus medidas de precaución, de las medidas "de antes", arriesgada y audaz, aunque según parece exitosa; es en vez de dar bienes dar dinero a los más desfavorecidos de las comunidades, para que a través de comercio ese dinero vivifique toda la estructura. Cosas que va aprendiendo uno, imagino, a base de ensayos con buena voluntad y errores traumáticos...
Y ahora, la cuña publicitaria: ¿Qué piensas hacer tú, joven lector, con el dinero de la beca de colaboración que te acaban de conceder, con los eurillos que vas a ganar al entrar a currar en una tienda en la campaña de Navidad, con el contenido del sobre de los abuelos...? Eres el que menos tiene, ya; ya sé que son los que tienen más los que deberían dar... Pero abre los ojos y no seas iluso, ¿acaso crees que los que más tienen se han hecho ricos a base de dar? ¿Quién sino tú, en estos tiempos de mierda, va a ayudar a esos que todavía están más abajo...?
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