¿Reconocéis el paisaje? Deberíais ya, de tantas veces como lo he puesto; aunque es verdad que no luce ni la mitad de verde que si hubiese llovido algo más durante este invierno. Es la dehesa boyal de Soto del Real: Jaime ha comenzado ya (a finales de febrero, de hecho) su larga temporada de campo.
Además del capirote, las cajas tienen este año un nuevo aditamento: una caja de plástico donde se colocan los lectores de los chips implantados el año pasado, que servirán para registrar qué individuos y durante cuánto tiempo visitan las cajas.
Además del capirote, las cajas tienen este año un nuevo aditamento: una caja de plástico donde se colocan los lectores de los chips implantados el año pasado, que servirán para registrar qué individuos y durante cuánto tiempo visitan las cajas.
Creo que nunca había subido con Jaime tan pronto en el año aquí (normal, no me gusta pasar frío, jeje), así que hasta esta vez no había visto el sencillo e ingenioso método que utilizan para capturar y controlar los adultos reproductores, que es lo que toca ahora.
Pero a no ser que Jaime os lleve con él, me temo que os vais a quedar sin ver fotos del invento, que por discreción profesional no voy a comentar aquí. Os pongo otras cosas: en primavera no son los estorninos los únicos que hacen limpieza del nido antes de construir uno nuevo. En la foto podéis ver la entrada de la madriguera de un ratón de campo, y delante los restos mordisqueados de todas las bellotas que recolectó para ir picando durante el invierno. Y además pajarillos cantando por doquier, picos menores, corzos madrugadores saltando espantados con su culete blanco al viento... y la mejor compañía, claro.
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