Dejando a un lado las rarezas, la gran mayoría de las aves de España pueden clasificarse en residentes (si pasan aquí todo el año), estivales o invernantes (si pasan aquí sólo la estación de cría o la no reproductora, respectivamente). Pero hay un reducido número de especies que, aunque algunos ejemplares se queden a nidificar o invernar en su caso entre nosotros, aparecen por nuestro país mayormente en paso entre sus áreas de cría al norte y las de invernada en África, de forma que solo se las suele ver en primavera y en otoño. El ejemplo más característico es el del mosquitero musical y otros paseriformes más, pero hay representantes de especies en paso en muchos otros grupos de aves, como las marinas (las pardelas sombría y capirotada), rapaces (el águila pescadora o el cernícalo patirrojo), rálidos (las tres polluelas) o limícolas (el corredimo de Temminck o el chorlito carambolo); entre otras. Y un pato, también, que es el que justifica esta entrada. Un pato muy bonito además: la cerceta carretota Anas querquedula, que yo solo he visto un par de veces. Esta especie, que sin ser demasiado abundante se deja ver con mayor frecuencia en primavera que en otoño, está teniendo un paso especialmente bueno este año, y aunque normalmente se ciñe a la costa mediterránea esta primavera se está dejando ver por centenares en zonas húmedas del interior. Así que ya sabéis, ya os he dado algo que buscar el próximo fin de semana…
No hay comentarios:
Publicar un comentario