Poco me estoy esforzando por escribir esta semana, ya… pero es que tampoco hay mucho que contar. O, si lo hay, no se me ocurre cómo contarlo :-/ Los días van pasando, perezosos pero largos, sin dejarme demasiado tiempo libre, para bien. El calor parece que por fin va ganando la batalla; que ya ni hiela ni si Dios quiere helará ya más, y que en breve podremos volver a la manga corta, siquiera a mediodía.
Están por aquí esta semana Tania y Javi (les recordaréis, espero), de visitas familiares; y entremedias hemos podido vernos un par de veces: el domingo y ayer. Tania… otra que está a punto de defender la tesis (otra, no porque el otro sea yo, que de momento no tiene pinta). A ver qué hacemos luego. Menos mal que la fuga de cerebros no es tal, sino que en realidad nunca ha existido. El mío, en cualquier caso, lleva tanto tiempo en “busca y captura” que ya casi lo doy por perdido…
Y tengo hoy, dentro de dos horas, mi primer Consejo de Departamento, en el que participo, por primera vez, como flamante e infrautilizado representante de “resto de PDI”. Mejor os lo cuento ahora y no luego, para evitar la tentación de romper luego el secreto de las deliberaciones, que supongo se espera que guarde.
Pues eso; poco que contar.
Y tengo hoy, dentro de dos horas, mi primer Consejo de Departamento, en el que participo, por primera vez, como flamante e infrautilizado representante de “resto de PDI”. Mejor os lo cuento ahora y no luego, para evitar la tentación de romper luego el secreto de las deliberaciones, que supongo se espera que guarde.
Pues eso; poco que contar.
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