El segundo artículo con el que podréis entreteneros este fin de semana (y que es de libre acceso; podéis descargároslo aquí), aunque tiene un título muy largo, es un artículo tan brillante como conciso y sencillo, que habla de la importancia de tener en cuenta cómo el pasado afecta a lo que vemos ahora. Los archipiélagos de Azores, Madeira y Canarias albergan sendas razas relacionadas entre sí de pinzones vulgares Fringilla coelebs. En Tenerife y Gran Canaria aparece además el precioso pinzón azul F. teydea. Por un proceso que se conoce como desplazamiento de caracteres, cuando dos especies ecológicamente similares coexisten éstas tienden a divergir morfológicamente para aprovechar recursos distintos. De esta manera, y aunque para un ave granívora le conviene tener un pico cuanto más grande mejor (que le permite abrir semillas grandes sin perder tampoco la oportunidad de consumir las pequeñas), en las islas en que cohabitan ambos pinzones, el azul tiene un pico más grande que el vulgar, y ambos explotan distintos recursos.
En Azores, donde no hay pinzones azules, consecuentemente con la teoría los vulgares poseen un pico mayor, similar al de los azules canarios. Pero, y aquí está lo interesante, resulta que en Madeira y en las islas de Canarias donde no hay pinzón azul, los pinzones vulgares tienen un pico idéntico al de los de las islas donde sí los hay. ¿Por qué no desarrollan un pico mayor? El registro fósil reciente tiene la respuesta: aunque ahora el pinzón vulgar disfrute de los recursos para él solito, hasta ayer, como quien dice, coexistían con ellos distintas especies de fringílidos del género Carduelis, muy emparentados con los verderones actuales, que sí poseían picos de mayor tamaño, imponiendo a los pinzones la restricción al aumento del suyo. Estas especies se extinguieron muy recientemente, probablemente durante la colonización humana de las islas. Ya no están, pero su huella ecológica permanece...
En Azores, donde no hay pinzones azules, consecuentemente con la teoría los vulgares poseen un pico mayor, similar al de los azules canarios. Pero, y aquí está lo interesante, resulta que en Madeira y en las islas de Canarias donde no hay pinzón azul, los pinzones vulgares tienen un pico idéntico al de los de las islas donde sí los hay. ¿Por qué no desarrollan un pico mayor? El registro fósil reciente tiene la respuesta: aunque ahora el pinzón vulgar disfrute de los recursos para él solito, hasta ayer, como quien dice, coexistían con ellos distintas especies de fringílidos del género Carduelis, muy emparentados con los verderones actuales, que sí poseían picos de mayor tamaño, imponiendo a los pinzones la restricción al aumento del suyo. Estas especies se extinguieron muy recientemente, probablemente durante la colonización humana de las islas. Ya no están, pero su huella ecológica permanece...
2 comentarios:
Ahí ahí, dignificando tu trabajo y tb la investigación. Que en estos tiempor no sobran. Sí señor.
Me parece muy interesante la entrada anterior.
¿Y ésta no? Desde luego... :-p
Publicar un comentario