Al volver de Suecia me sorprendió gratamente ver qué católica se había vuelto la gente de repente: todos con un rosario en la muñeca... pero ayer descubrí que no son rosarios, sino “las pulseras de Sara Carbonero”. Y descubrí que no sirven para rezar, sino “para lucir en tu muñeca”; y que puedes encontrarlas en muchos colores, cada uno con su significado... lo que hay que oír. Y no sé, por una parte me duele la banalización del rosario, rebajado de instrumento a mero adorno para muñecas pijas y pescuezos canis; pero por otra pues mira, si pasada la moda a alguien se le ocurre volver a darle su uso original, oraciones nunca sobran... Y ya que el 7 celebramos la fiesta de Nª Sª del Rosario, octubre puede ser un buen mes para probar.
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