Las recientes noticias sobre inundaciones causadas por el desbordamiento del Ésera en el valle de Benasque me hicieron ayer echar la vista atrás, para huir del anodino y gris día borrascoso. Dos veces he visitado este valle a fondo: la primera en 4º de carrera desde Santiago, en la excursión de Invertebrados no Artrópodos; y la segunda al acabar 5º, ya desde Madrid.
El Ésera nace a partir de las aguas que, desde las nieves permanentes del Aneto, gotean lentamente hacia el Cinca, luego al Ebro y por fin al Mediterráneo. Pero, curiosamente, no toda el agua que por ese valle corre sigue el mismo camino...
... pues parte de ella, tras desviarse y caer por esta bonita cascada...
... se da de bruces contra un paredón calizo y ¡desaparece en el suelo, por un agujero! Es el forau de Aigualluts; uno de los lugares mas pintorescos del plan de La Besurta, en la cabecera del valle. A lo largo de los siglos la gente se inventó las historias más peregrinas para explicar a dónde se iba el agua, forau abajo; y tuvo que ser un espeleólogo francés el que en 1931, tras verter seis barriles de fluoresceína en el agua, desvelase que lo que en realidad pasaba con el agua era aún más sorprendente: tras recorrer casi cuatro kilómetros a través de las entrañas del Pirineo, esta agua del "proto-Ésera" aflora de nuevo en Francia, transformada ahora en ¡el Garona!; y por este río corre Francia abajo hasta el Atlántico, bien lejos de la que en un momento formó un todo con ella....
Y aquí estábamos los cuatro, bien jovenzuelos: Gaetano, Mario, Javi y un servidor; enamorándonos en el campo sin esfuerzo de las maravillas que cinco años de profesores intentaron hacer calar en nuestra cabeza, cual agua en forau. ¡Qué ganas de repetir viaje...!
3 comentarios:
Interesante!
Es alucinante lo igual que estas... viendo lo que han cambiado otros!
Comparte excursión, que en esta vamos 2-0 :(
Jajaja; ¿lo mejor de la entrada es ver que no me ha cambiado mucho la cara? :-p
No, hombre, solo es un apunte...
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