Estas Navidades cayeron un par de títulos más de Waugh; los que veis en las imágenes. Tenía ganas de hincarle el diente a Decadencia y caída, su primera novela y la que, granjeándole al autor amplia fama, le permitiría un poco "vivir de las rentas": consiguiendo que sus obras posteriores entrasen bien y permitiéndole liarse la manta a la cabeza con Retorno a Brideshead, novela que tardó en ser apreciada como la sublime obra que es... Como os digo, tenía ganas de disfrutar de semejante bombazo, pero (o más bien, supongo que por eso) me temo que me ha defraudado bastante. A ver, es una novela entretenida que se lee con facilidad, pero solo eso: desde luego si hubiese sido mi primer contacto con Waugh ahora no tendría once libros suyos en casa. La salva tal vez el que tiene capítulos cortos; me gustan los capítulos cortos: puedes tomarte uno, como un vaso de leche con galletas, antes de dormir; y cerrar el libro y acostarte con la gustosa sensación del deber cumplido sin esfuerzo...
Hace un par de días, sin embargo, empecé con Merienda de negros... ¡qué cambio! ¡Qué maravilla! ¡Qué alegría redescubrir, en la prosa omnisciente del narrador en tercera persona, el tono mordaz y suficiente que tanto adoro...! Que me está gustando mucho, en resumen :-)
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